El abogado Luis Guillermo Grijalba está acorralado por defender a varias víctimas de las Farc y a sus socios políticos en el Caquetá, como el excongresista conservador Luis Fernando Almario Rojas, quien fue aceptado en la JEP por el asesinato de los Turbay Cote en el año 2000.
Entre sus clientes está Constanza Turbay, a quienes la columna móvil Teófilo Forero le asesinó a su familia y le quitó una finca de más de 2.000 hectáreas en el departamento. Grijalba también es quien lidera la defensa de Benjamín Herrera, que fue secuestrado por las Farc y es uno de los testigos estrellas contra Almario en la JEP. El excongresista, quien todavía es un superpoderoso del departamento, fue condenado a 10 años de prisión por sus alianzas con el bloque central Bolívar en el Caquetá para hacer política.
El poder de Almario, quien está pagando su condena en libertad, sigue intacto, especialmente entre la rama judicial de su departamento, en la que ha logrado que varias fichas suyas tengan cargos de decisión que utiliza para amedrentar a sus detractores como a Grijalba, quien ha enfrentado varios procesos y suspensiones a su carrera como abogado. Almario, quien sigue siendo un gran aliado del exgobernador del Caquetá, Álvaro Pacheco Álvarez, condenado por parapolítica, ha buscado frenar al abogado defensor de víctimas con presiones judiciales, y hasta el momento sus fichas le han sido funcionales.