La repostería Astor, la panadería Santa Clara y la pastelería Santa Elena, esta última creada hace 70 años en Medellín, han estado ligadas a la historia de la ciudad y durante décadas han sido punto de encuentro para tomar onces o tardear. Sin embargo, uno de estos tres competidores naturales está pasando por una mala hora que lo ha llevado a someterse a un proceso de reorganización empresarial para salvar su tradicional actividad.
Al explicar la crisis por la que está atravesando la pastelería Santa Elena ante el superintendente de Sociedades, Billy Escobar y la intendente Regional, Juliana Ochoa González, el representante legal de la Distribuidora Doña Elena S. A., Carlos Esteban Villa Santamaría, mencionó, entre otras causas, el deterioro de la liquidez, el endeudamiento desde la pandemia y lo atribuyó también “en parte por efecto de la caja atrapada en la creación de la Sociedad Retail Santa Elena SAS, con cuentas por pagar a la fábrica de 1.300 millones en octubre (…)”.
Hasta octubre 31 de 2024, la Pastelería Santa Elena, empresa fundada por Elena Arango de Mejía en 1952, registró activos por $ 5.702 millones, pasivos por $6.078 millones y sus acciones están en poder de nueve socios. Los principales son: PMC Collective LLC con el 25 % de participación y Álvaro Guillermo Mejía Arango con otro 25 %.

Una emprendedora formada en Nueva York y París
Elena Arango de Mejía estudió cocina y se formó como Chef en Nueva York y París antes de abrir el negocio cuando en Antioquia gobernaba Braulio Henao Mejía y su amiga Cecilia Bustamante Vahos de Jaramillo había fundado la panadería Santa Clara. Ambas tenían en común el deseo que la ciudad tuviera panaderías, reposterías y pastelerías de calidad y alcurnia, escasas en ese momento.
La apuesta de Santa Elena fue por los pasteles de sal. A los clientes, les encantó el pastel Gloria, que todavía conserva su buena fama. Cinco años después, abrió la primera tienda Santa Elena ubicada en la Calle Bolivia con Barbacoas e incluyó moritos y panes en su oferta. Los moritos son un postre pequeño decorado con figuras de animales que fueron todo un éxito y les sirvió para buscar nuevas plazas y pasar las montañas de Antioquia.
Con la idea de consolidar la expansión, en 2005 inauguraron la primera sucursal en Bogotá en el distinguido Centro Comercial El Retiro, junto al Andino. En esa misma época, también estrenaron una planta de producción.
La fábrica garantizó un surtido constante a las tiendas, especialmente para atender la desbordada demanda de los diciembres cuando los clientes suelen pedir galletas, coronas y cajas de Navidad. Ese no fue el único beneficio que tuvo la producción a gran escala con uso les permitió hacer la transición a un modelo de franquicias a partir de 2007.
Le puede interesar: Salón Astor, 90 años horneando la dulzura
El sistema se tradujo en un total de 25 tiendas, todas ubicadas en puntos estratégicos como centros comerciales, aeropuertos y zonas con presencia masiva de transeúntes atendidos por 119 empleados. En 2018 todo estaba en orden. Sin embargo, las circunstancias cambiaron.
Ecos de la pandemia que se inició hace ya casi cinco años
Durante el confinamiento causado por la pandemia del COVID-19 que ya cumple 5 años en 2025, la pastelería Santa Elena solo vendía a domicilio, lo que redujo a la mitad de los ingresos.
Adicionalmente y una vez pasó la pandemia, los costos se incrementaron, resultaron golpeados con el nuevo impuesto extra a los productos ultra procesados, se incrementó la carga laboral por horas extras, aumentó el valor de los insumos y los ingresos, en general, ya no daban. Una situación de años.
Con el panorama anterior, el gerente y representante legal Carlos Esteban Villa Santamaría pidió entrar en proceso de reorganización empresarial ante la Superintendencia de Sociedades.
El pasado 12 de febrero de 2025, el superintendente Billy Escobar Pérez admitió a la sociedad Distribuidora Doña Elena S. A. en un proceso de reorganización y con este segundo aire, se espera que la tradicional marca pastelera encuentre una forma de salir de las dificultades.
Le puede interesar: Las constructoras que no aguantaros la crisis y terminaron en la quiebra