Este domingo 24 de abril serán elegidos los dignatarios de las federaciones comunales por los representantes delegatarios de las asociaciones respectivas, según lo establecido en la Resolución 1513 del 22 de septiembre de 2021, emanada del Ministerio del Interior.
Por regla general, estas congregaciones comunales se tornan caóticas cuando se abre el punto de elecciones. Se enfrentan a zarpazos y dentellazos, en cada concilio de estos, dos o más tendencias grupusculares por la prevalencia de sus planchas de aspirantes a ser directivos de estos entes federados del tercer nivel, o delegados para asistir al cónclave nacional comunal.
En estas asambleas sucede lo que pregona el tema musical salso-cumbiambero Por eso estamos como estamos, de la Billo´s Caracas Boys: “...Se la pasan discutiendo y todo se va en reuniones. Por eso estamos como estamos, por eso siempre nos quejamos y tal parece que gozamos con ver las cosas al revés. Por eso estamos como estamos, por eso siempre nos quejamos y tal parece que pensamos con los huesitos de los pies...”.
Luego vendrá el zaperoco mayor de la Confederación Nacional de Acción Comunal, a lo mejor presidido por Ceferino Mosquera, fórmula vicepresidencial de Luis Pérez, aspirante al solio de Bolívar por el movimiento Colombia Piensa en Grande.
Aprovechando el grandilocuente denominativo de dicho grupo político, invito a repensar en grandiosísimo a los líderes comunales barriales y veredales, a ver si luchamos por un financiamiento oficial contante y sonante para todas las directivas comunitarias de base. Así dejaríamos de hacer rifitas, binguitos, recolecticas y bazaritos, o de recibir billeticos politiqueros de dudoso origen y limosnitas de alcalduchos. Hay que cambiar de estrategia.
Debemos, digo yo, promover la creación de núcleos incluyentes en nuestros propios vecindarios, a fin de impulsar acciones que coadyuven a dar un triple salto cultural desde las células sociales microeconómicas que son nuestras familias.
Para el efecto traigo a cuento una idea de nuestro pecunio, la “teoría organizativa vesinalista inclusiva”. TOVI por su sigla. Aclaro que escribo vesinalista con letra S para diferenciarnos del vecinalismo argentino, el cual es idéntico al comunitarismo de nuestras juntas de acción comunal.
Mejor dicho y para ahorrar saliva ―o tinta, en este caso―, este vesinalismo es distinto y propugna por la formalización de entidades territoriales vesinales, o etevas. Los derechos de las entidades territoriales los puedes leer en la Constitución Política de Colombia. Lo del vesinalismo en mi libro Referendo Vecinal ya!
Un espaldarazo indirecto a esta propuesta es un lapidario comentario de los economistas Daron Acemoglu y James Robinson en su best-seller Por qué fracasan los países: “A pesar de que Colombia tenga una larga historia de elecciones democráticas, no tiene instituciones inclusivas. Su historia ha estado marcada por violaciones de libertades civiles, ejecuciones extrajudiciales, violencia contra los civiles y guerra civil”.
Objetivo práctico e inmediato de la TOVI es organizar nuestras manzanas a manera de univelas. Univela ―acrónimo de unidad vecinal―, es un área de viviendas aledañas en la que reside un mínimo de 50 vecinos. La mayoría de las manzanas cumple tal condición, o sea que de entrada serían univelas. De manera autónoma y, teniendo en cuenta que el pueblo es soberano, grupos de vecinos podemos impulsar la idea en nuestras manzanas desde ya.
La delimitación oficial de las univelas la podría hacer el ente municipal o distrital de participación ciudadana. O el Dane, que cuenta con datos globales de población por manzanas y veredas. También, de forma oficiosa, cada junta comunal. O vecinos pioneros en todas las manzanas residenciales.
Cada univela deberá contar con autoridades que ejercerán funciones en determinados fines de semana y horarios, con representación de las ramas del poder público. Estas personas líderes serían:
· Tres facilitadores, elegidos por escrutinio mayoritario, en áreas de viviendas contiguas a las que llamaríamos famiagrupaciones o famas. Representarían al poder legislativo en una corporación denominada apafama, acción participativa de familias de la manzana.
· Un delemán, representante del poder ejecutivo, quien tendría a su cargo un portal virtual específico de la univela, el cual tendrá nombre, bandera, escudo y datos importantes del área. Por cierto, tengo una novela titulada La delemana.
· Un orientador, por el poder judicial. Su función sería la de aconsejar, de manera puntual, a quienes soliciten colaboración de tipo legal.
Y es así que aquí sí que deberíamos bregar porque haya una partida para las univelas de entre dos y cuatro billones en la gran torta del presupuesto anual nacional. A exigir en voz alta: el que no llora, no mama.
En promedio, habría unos dos millones de pesos anuales para cada univela. Con esta financiación estatal se realizarían actividades inclusívicas, tales como permanentes campañas de lectura y campeonatos vecinales de ajedrez y otros juegos, en todas las univelas. Cabe dejar en claro que debe quedar consignado en la ley que las etevas no podrán endeudarse ―ni en un solo peso―, y que sus autoridades serán de carácter ad honórem.
Apoyemos desde hoy la TOVI, amigas y amigos comunales. Hasta la Casa de Nariño podrá pertenecer a una univela desde el próximo 7 de Agosto. Claro, si así le parece al nuevo presidente y su equipo ejecutivo.
Twitter: @CesarCurvelo
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