Antes de terminar su primer mandato presidencial, el 6 de abril de 2005 en una visita de tres días, el presidente Uribe tomó vuelo rumbo China y aterrizó en Beijing. El gobierno de Uribe decidió apostarle a China, al gran competidor de Estados Unidos, a pesar de ser percibido como un aliado incondicional del gobierno de George W. Bush. El gobierno chino consciente de la consolidación del país como “la gran factoría mundial”, y por lo tanto, en un gran consumidor de recursos energéticos y de materias primas, venía mostrado su interés en América Latina como fuente de estos recursos, indispensables para asegurar la continuidad del modelo.
Aunque ningún presidente chino ha visitado a Bogotá, la misión oficial más grande de la historia colombiana se desplazó al país asiático con 150 empresarios y 30 rectores universitarios. El gobierno presentó informes acerca de las metas del Ejecutivo de Uribe, proyectos, infraestructuras y recursos disponibles. En el encuentro con el presidente Hu Jintao y líderes políticos de ese país, Uribe dejó claro el interés de Colombia en que las empresas chinas invirtieran en la exploración de petróleo y otros sectores. Fue una invitación a la que los chinos han sabido responder. Doce años después China es hoy el segundo socio comercial de Colombia después de Estados Unidos
Aprovechando el marco de la Exposición Universal de Sanghai en mayo de 2010, el ministro de Minas y Energía, Hernán Martinez, viajó a la China para promover entre los tres gigantes petroleros chinos, China National Petroleum Company, Sinopec y Sinochem presentes para ese momento en el país, las licitaciones que realizó la Agencia Nacional de Hidrocarburos de casi un 25 % del territorio colombiano en junio de ese año.
La llegada del presidente Santos al gobierno en agosto del 2010 no cambió la ruta, y en mayo de 2012 también viajo a la China, se reunió con empresarios chinos y les explicó todos los atractivos que ofrece Colombia para la inversión china en infraestructuras, agricultura, energía y telecomunicaciones. Firmó nueve acuerdos de cooperación con el presidente Hu Jintao. Entre estos acuerdos, fue suscrito uno de cooperación entre el Ministerio de Minas y Energía y el Banco de Desarrollo de China, un convenio de cooperación estratégica de largo plazo entre Ecopetrol y Sinochem, y un acuerdo de cooperación para desarrollar el proyecto del Oleoducto del Pacífico.
El gobierno chino no está interesado solo en comprar el gas y el petróleo ya extraído, sino en invertir en los procesos previos, como ubicación y extracción del material (upstream) y posteriores como transporte (downstream), para lo cual sus empresas estatales, participan en toda la gama de posibilidades en la exploración y explotación en el país. Se han asociado con empresas poseedoras de derechos sobre campos, han concursado en las rondas petroleras organizadas por la Agencia Nacional de Hidrocarburos-ANH y proveen servicios petroleros a diferentes empresas.
El principal socio en la incursión china en Colombia ha sido Ecopetrol que está asociado con Sinopec International Petroleum Exploration and Production Corporation – SIPC, la empresa petroquímica y de refinación de petróleo más grande de Asia, la estatal Sinochem, y la China National Petroleum Company – CNPC, la mayor productora y proveedora de petróleo y gas de China.
Comparten con Sinochem a través de Emerald Energy tres campos en asociación en la región del rio Caguan en el Caquetá y Putumayo, en donde Sinochem actúa como operador. Emerald Energy posee la mayoría en ocho contratos de exploración y producción otorgados por la ANH, en las regiones de Caquetá y Putumayo donde se concentra la mayor actividad de exploración petrolera en el país.
Los conflictos ambientales y con las comunidades no han faltado especialmente en el Bloque Nogal, la zona adjudicada más grande en la Amazonía, que comparte con Ecopetrol. El bloque se ha convertido en un referente de la resistencia de las comunidades campesinas del Caquetá, en un territorio estratégico para el sector petrolero. Desde diciembre de 2014, la población de los cinco municipios incluidos en el Bloque, han venido consolidando una postura en contra de la explotación petrolera en el Caquetá, enarbolando la bandera de la protección de la Amazonía bajo el nombre de Comisiones por la Vida del Agua.
La China National Petroleum Company – CNPC, firmó en 2012 un convenio de cooperación con Ecopetrol para analizar oportunidades de exploración y explotación de hidrocarburos tanto en Colombia como en otros países. CNPC ha tenido con ANH dos contratos, uno finalizado y un segundo que se encuentra en fase de exploración. En el país opera a su vez, con dos de sus filiales China Petroleum Technology and Development Corporation – CPTDC, cuyo negocio es la importación y exportación de equipo para la industria, y provee material y equipo a las inversiones de CNPC en el país, y la compañía de servicios petroleros, China Greatwall Drilling Engineering Company, que presta servicios en tres bloques en el Casanare asignados a Emerald Energy.
El interés chino es tal, que han corrido riesgos de violencia en las zonas de operación. En junio de 2010, tres de los ingenieros y un traductor de Greatwall Drilling que realizaban estudios sísmicos fueron secuestrados por las Farc cuando se movilizaban en una camioneta a 20 kilómetros de San Vicente de Caguan, siendo devueltos en noviembre de 2011, tras la mediación del Comité Internacional de la Cruz Roja.
La estatal Sinopec International Petroleum Exploration and Production Corporation – SIPC Colombia opera a través de sus filiales: Mansarovar Energy Colombia una multinacional resultante de la fusión con la empresa india ONGC-Vinesh, New Granada Energy Colombia y Sinopec International Petroleum Service.
Mansarovar, especializada en explotar crudos pesados, posee el bloque Llanos 69 en el piedemonte llanero, un campo en Puerto Boyacá, y es socia de Ecopetrol en tres campos en el Magdalena Medio. La explotación del bloque Llanos 69 iniciada en junio de 2016, ha sido también objeto de rechazo por diversas comunidades que se oponen en defensa de la riqueza hidráulica del área ligada al Paramo de Sumapaz y a los Farallones de Medina. La Consulta Popular de Cumural (Meta) celebrada a mediados de este año, rechazó la actividad petrolera en la zona con un contundente 97%.
La gigante china Sinopec opera también a través de otras filiales: Nueva Granada Energy Colombia con cuatro bloques en los Llanos orientales, y Sinopec International Petroleum Services Colombia, que presta servicios de apoyo a la extracción de petróleo y gas natural.
Los avances de China en Latinoamerica van en aumento, logrando ser ya el principal socio comercial de Brasil, Chile y Perú, y pasando poco a poco convertirse en el principal financiador en la región a través de sus bancos estatales. Solo en el año 2016, los gobiernos latinoamericanos recibieron prestamos chinos por USD 21.000 millones. Los dos bancos de desarrollo, el “China Development Bank” y el “Export-Import Bank of China”, proveen desde el 2015, más dineros para el desarrollo en América Latina, que lo que proveen cada año el Banco Mundial, la Corporación Andina de Fomento-CAF y el Banco Interamericano de Desarrollo – BID, juntos. En adición a los prestamos bilaterales, China ha creado un fondo de 35.000 miles de dólares de plataformas financieras multilaterales en Latinoamerica, divididos en dos instituciones: El Fondo de Inversión para la Cooperación Industrial China-LAC y el Fondo de Infraestructura China Latinoamérica, volviendo la locomotora china, imparable y el petróleo y gas colombianos unos de los más apetecidos.