A principios del año pasado, la aspiración de Édgar Martínez Romero a la gobernación de Sucre parecía no tener ninguna posibilidad ante la aparentemente inderrotable Mile Jaraba, esposa del polémico excongresista Yahir Acuña. Sin embargo, a medida que avanzaba la campaña, se empezó a conformar una coalición liderada por el senador liberal Mario Fernández, el más fuerte contradictor de Acuña, a la cual se fueron sumando otras fuerzas políticas. Una de ellas fue la que lidera la senadora de Opción Ciudadana, Teresita García, y el exgobernador Erick Morris, entre otros. Finalmente, gracias a esos respaldos, Martínez Romero resultó electo como gobernador y en Sucre se dibujó un nuevo mapa político.
Con una amplia mayoría en la asamblea departamental y una gran expectativa por su discurso anticorrupción, el primero de enero Édgar Martínez asumió como primer mandatario de los Sucreños, pero la luna de miel con la opinión publica duró poco.
Su clara y definitiva injerencia en la elección de Miguel Arrazola Sáenz como Contralor Departamental, amigo íntimo y socio de Carlos Espinosa Martínez –sobrino y mano derecha del gobernador-, no fue bien vista por quienes esperaban el fin de décadas de clientelismo y politiquería.
En Sucre es bien conocido el viejo y frustrado anhelo de Carlos Espinosa Martínez de ser Senador de la República, y todo indica que con el poder de la gobernación en una mano y el de la Contraloría Departamental en la otra, está dispuesto a hacerse elegir.
Las lealtades políticas con quienes lo apoyaron tan poco parecen ser un problema para Edgar Martínez con tal de elegir a su sobrino senador, hace pocos días le quito la gerencia del hospital del municipio de San Marcos a la senadora Teresita García y nombro a Elsa Yepes quien es de toda la confianza y jefe de campaña de Carlos Espinosa en la sub región de la Mojana.
Por los lados de quien fuera su principal aliado electoral el senador Mario Fernández las cosas no son muy distintas, aunque le mantiene sus cuotas burocráticas el distanciamiento es evidente y Fernández no oculta su malestar.
Quienes no se cambian por nadie son aquellos que no apoyaron a Edgar Martínez y votaron por la esposa de Yahir Acuña. Aunque en un principio se pensó que serían relegados por quienes conformaron la coalición que gano las elecciones en Octubre, pasado hoy la realidad es que son ellos quienes, luego de jurar fidelidad a la aspiración al senado del sobrino del gobernador, están coadministrando el departamento de Sucre.
