Mucho se habla del “deber ser” de la transición energética y pocos hablan de “cómo y cuándo”. Abundan alertas en el mundo sobre las lesiones del cambio climático y pocos caminan en la dirección correcta para salirle al paso. Se ha vuelto recurrente y populista la queja y unánime el desconcierto ante la salida. El punto de partida es claro: necesitamos avanzar en un cambio en la producción, comercialización y uso de la energía, pensando en el futuro sin crear caos en el presente. La meta debe ser producir suficiente energía para sustentar el crecimiento y bienestar de nuestra población, minimizando el impacto del medio ambiente.
Si se tiene claro el derrotero, es vital advertir el error de quienes piensan que es cuestión de suspender algunos sistemas de producción o reducir el consumo. A los que piensan de tal manera, es bueno precisar, que Colombia tiene una matriz energética que ya planea la transición gradual, en esos términos. Dentro de esa planeación, está la producción de los minerales básicos de la transición energética. Se habla de abandonar cuanto antes la idea del carbón, pero poco se repara en la importancia del cobre dentro del proceso. El cobre es hoy uno de los minerales con mayor demanda para proyectos de energías renovables, debido a su formidable conductividad eléctrica y térmica, gran resistencia a la corrosión, enorme capacidad de formar aleaciones metálicas y ser ciento por ciento reciclable. Para hacernos una idea de la trascendencia de este mineral, es bueno decir que el cobre, se usa en al menos ocho tecnologías con energías limpias y de almacenamiento que pueden contribuir a frenar el calentamiento global.
Hace pocos días escuchaba a un agente del sector decir que, por cada MW de energía eólica se requieren 3,6 toneladas de cobre; por cada MW de capacidad solar son necesarias de cuatro a cinco toneladas. De hecho, los sistemas de energías renovables requieren entre cuatro y doce veces más cobre que fuentes tradicionales de generación eléctrica. Los expertos internacionales tienen establecidos, al menos 17 minerales de importancia crítica para la transición energética del mundo y que, por lo tanto, aquellos países con la capacidad para extraerlos o procesarlos tienen una mayor ventaja. De los 17, la Agencia Internacional de Energía IEA, estima que los más cruciales son el litio, el níquel, el cobalto, el cobre, el grafito y el conjunto de tierras raras (Rare Earths).
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Los expertos internacionales tienen establecidos, al menos 17 minerales de importancia crítica para la transición energética del mundo
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En ese orden de ideas, acertó el gobierno saliente en procurar avanzar en la producción de dichos minerales, para mitigar la dependencia que la mayoría de países tiene de China, como máximo productor de estos minerales. Si bien es cierto que, en Colombia, el conocimiento geológico, en cuanto a la confirmación de volumen de existencia y ubicación del cobre, aún es incipiente, no es menos cierto que, el nuevo gobierno no podrá decir que partirá de cero. Según los recientes estudios el cobre puede convertirse en la estrella de la economía nacional. Esto sí, y sólo sí, se continua con visión, voluntad política e impulso necesario desde el Ministerio de Minas. El primer paso lo dio el Gobierno anterior declarando el cobre como uno de los minerales estratégicos y factor clave para impulsar la reactivación económica que requiere el país.
Como cesarence celebro que la Agencia Nacional de Minería (ANM), apostara, entre varias, a cuatro bloques de Áreas Estratégicas Mineras (AEM), en los municipios de San Diego y La Paz, a sabiendas del alto potencial para cobre y polimetálicos en esa zona. Lo valoro más, sabiendo que el Departamento del Cesar tiene una tasa de desempleo del 14,5, una de las más altas, y todo ha ido empeorando desde que Prodeco, subsidiaria de la multinacional Glencore, devolviera al Estado las minas de Calenturitas y La Jagua, donde se extraían más de 15 millones de toneladas de carbón al año, generando cinco mil empleos. El Cesar es un departamento muy rico en minerales y puede convertirse en uno de los más importantes en la era de la transición energética.
Es difícil saber qué países serán los más beneficiados en la transición energética, dependerá de dónde se ubiquen en la cadena de producción, lo que sí está claro es que estamos en un momento coyuntural, en el que se puede anticipar que, si el petróleo marcó la historia del siglo veinte, los minerales de la transición energética (entre ellos el cobre), podrían marcar la historia del siglo veintiuno. En ese orden de ideas, conviene tener claro que en la batalla por controlar la producción de los metales del futuro hay espacios donde China ha puesto el acelerador y los demás países tienen rezago. Colombia tiene cómo y con qué producir para autoconsumo y para exportar, depende de la visión y la voluntad política. ¿Las hay?
@sergioaraujoc
