A lo largo de los tiempos la literatura ha sido ese escenario donde los saberes se han encontrado para hacer de este mundo uno más creativo y bello. Todo aquel que se inmersa en el campo de la escritrura entre muchas de sus pretensiones se encuentra la de dejar un legado literario que trascienda las letras escritas por sus antecesores a tráves de premios, reconocimientos y distinciones como las que otorga la Academia Sueca de las Ciencias, el nobel, que para los escritores el de literatura pudiera ser el mayor de los galardones.
Sin embargo, existe una pretensión mayor que no todos los escritores poseen, la de crear una nueva consciencia literaria o, mejor aún, la de propiciar el despertar de una nueva humanidad con una mayor consciencia de la paz, la política y el mundo que los rodea. Más concretamente, una escritura que mueva las fibras más íntimas humanas y genere un nuevo sujeto político que se desenvuelva en la esfera social como un actor más determinante en el futuro colectivo al que pertenece.
Ese tipo de literatura como campo de lucha política a lo largo de la historia universal ha existido, existe y existirá siempre, desde los antiguos griegos, las escrituras de las diferentes religiones, las históricas cosmogonías, los textos renacentistas o aquellos del siglo de las luces, pasando por la modernidad hasta los contemporáneos, ha habido en los escritores más afamados y los no tantos una intencionalidad que más política ha sido la de una mayor conciencia buscando elevar la estancia de la vida humana a un plano de mayor espíritualidad que incida en el devenir de un mejor paso del ser humano sobre la tierra.
Lo que instituyó Socrates con sus enseñanzas a los jóvenes atenienses y por lo que fue condenado a la circuta, el dáalogo idílico del Hidalgo don Quijote y Sancho, la obra de Hegel y su próposito del devenir de un sujeto autoconsciente, la obra política de Rousseau, los Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez con su macondo imaginario pero expresado en la historia política colombiana, no son sino un llamado contado a la lucha política desde las letras por una nueva consciencia colectiva que lleve a las sociedades a encontrar lo mejor de si mismas para desarrollar el mejor de todos los porvenires posible.