Aunque han intentado matarla en más de una oportunidad, la líder ambiental Jani Silva no se ha dejado intimidar. Ni la guerrilla ni los paramilitares ni el Ejército la han silenciado, aun cuando todos han intentado hacerlo. Su lucha por el Putumayo, en la que lleva más de 25 años, ha sido reconocida por parlamentarios noruegos que la nominaron al premio Nóbel de Paz.
Jani Silva, quien tiene 54 años, es fundadora de la Zona de Reserva Campesina de la Perla Amazónica, un grupo de líderes del Putumayo que busca, por encima de todo, defender su tierra y los ríos que por allá pasan.
Durante toda su vida ha tenido que alzar la voz contra los enfrentamientos a bala entre los grupos armados, tanto ilegales como los del estado y contra multinacionales mineras y petroleras que buscan llevarse los recursos naturales de su territorio.
Grunde Almeland y Kristoffer Robin Haug, dos parlamentarios del partido Liberal y Verde de Noruega, han seguido de cerca las luchas del grupo de campesinos que lidera Jani Silva y la postularon ante el Comité Nobel Noruego su nombre para recibir el más alto galardón de paz.
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