“En esta campaña me he sentido avergonzado de ser periodista”, afirmaba uno de los maestros del periodismo en Colombia, Juan Gossaín, en una entrevista publicada en el diario El Espectador el 2 de junio de 2014. Es de conocimiento público que las pasadas campañas presidenciales en el país fueron vergonzosas y sucias. Los candidatos se pasaron la mayoría del tiempo desprestigiando a los adversarios y defendiéndose de los señalamientos del contrario, dejando a un lado los debates de propuestas.
Mientras eso ocurría, los grandes medios nacionales alimentaban ese amarillismo entre los ciudadanos y las noticias se centraban en los escándalos de los candidatos, en las acusaciones de uno, en los señalamientos del otro y siguiendo el juego sucio de las campañas políticas.
Después de la tormenta viene la calma, ó al menos eso dicen. Una vez finalizada la contienda electoral, bajaron los ánimos, las pasiones y me senté a pensar con serenidad sobre la clase de periodismo de los grandes medios del país y sobre el tipo de información que llegaba a los colombianos. Preguntas sobre libertad de prensa merodeaban en mi cabeza una y otra vez. Interesado en el tema, leí “La Libertad de Prensa” de George Orwell, un ensayo descubierto en 1971 y que se publica como prólogo en la obra del mismo autor titulada “Rebelión En La Granja”.
Lo escrito por Orwell me dejó mas dudas e interrogantes sobre la prensa. Interrogantes, dudas y reflexiones que presentaré en este escrito.
El primer tema es la libertad de expresión. Orwell llega a la conclusión que los editores y directores de periódicos, revistas y noticieros eluden ciertos temas, no por medio a una denuncia, es porque le temen a la opinión pública. Aterrizar esa idea en Colombia, un país tan polarizado y lleno de emociones a corto plazo, tiene mucha lógica. Pero me surgen estos interrogantes ¿Qué tanto son los temas de interés nacional que evaden los grandes medios de comunicación de nuestro país? Cambiando un poco el orden sería válido preguntarse ¿qué tantos temas de interés nacional desconoce la opinión pública? Y siguiendo con la lógica de las preguntas ¿habrá temas de interés nacional que la opinión pública no quiera conocer?. Además de ser un país polarizado, de emociones a corto plazo, es un país de fanatismos. Un medio de comunicación o un periodista, no podrá tratar temas espinosos de la ultraderecha porque sería catalogado como auxiliar de la guerrilla, terrorista o bandido; como aquel que trata temas cuestionados de la izquierda y es catalogado como paraco y fascista. Todo tiene repercusión en la opinión pública, es a lo que verdaderamente le temen los grandes medios de comunicación, ¿y donde queda la libertad de expresión? ¿hasta que punto llega la libertad de expresión?. Me gustaría dejar los interrogantes abiertos.
Los medios de comunicación tienen dueños. Las grandes cadenas de noticia en Colombia hacen parte de grupos empresariales, son compañías privadas y cada una tiene sus propios intereses, sus alianzas y sus estrategias de marketing. Vuelven los interrogantes ¿las noticias irán de acuerdo a los intereses particulares de estas compañías? ¿habrán acuerdos entre estas compañías y grupos de poder sobre hechos que no deben mencionarse en las noticias? Si la prensa está en un pequeño grupo de personas adineradas, con intereses económicos y políticos, es fácil de entender y dar respuestas a esas preguntas. Cuando los intereses son económicos y políticos no hay mucha honestidad para tocar ciertos temas importantes ¿pasará lo mismo con las noticias que emiten y transmiten estos medios? Sabemos quienes son los dueños de los principales medios de comunicación del país, pero ¿sabemos cuales son sus intereses reales?.
Existe la censura voluntaria. Toda organización cuida de sus intereses lo mejor que puede y es obvio que existen temas que no deben ponerse en tela de juicio debido a que pueden afectar esos intereses particulares. Las organizaciones pueden funcionar a favor de grupos de presión, por lo general de grandes grupos económicos ó políticos. La iglesia católica, por ejemplo, es un grupo de poder y de presión, siendo capaz de silenciar, tapar o apaciguar ciertos temas incómodos como el abuso de menores por parte de sacerdotes ó casos de corrupción en El Vaticano. Entonces sería válido preguntarse ¿cuáles son los grupos de presión en Colombia? ¿partidos políticos? ¿movimientos ó grupos sociales? en este punto vuelve el interrogante ¿existirán acuerdos entre medios de comunicación y esos grupos de presión?.
No podemos dejar a un lado los “grandes líderes” del país. Conocemos casos en que las políticas implementadas por ciertos personajes influyentes en la vida política nacional son incuestionables y muchos aspectos están por encima de toda discusión. Cuando aparecen intentos de contradecir este tipo de políticas impuestas, por lo general por periodistas ó líderes independientes de opinión, se tildan de “inoportunos” y “al servicio de” intereses reaccionarios. Lo que pasó durante el 2002 y 2010 con periodistas independientes, activistas, políticos de izquierda, sindicalistas, entre otros grupos sociales que cuestionaron algunas políticas implementadas por el gobierno de ese entonces, es un claro ejemplo de lo anteriormente expuesto. Los calificativos mas comunes eran “auxiliar de las FARC”, “idiota útil de la guerrilla” y “enemigo de la democracia”. ¿Existirá la libertad de expresión en un país donde no se permite cuestionar a los grupos de presión?.
En los casos donde se quiere imponer ese tipo de políticas “incuestionables”, se puede observar como frecuentemente en los discursos el argumento mas empleado es el de “la defensa de la democracia”, dejando la opción deseada por esos grupos de poder, como la única opción viable y la única opción que favorece a los ciudadanos. Ir en contra de ellos es como ir en contra de la democracia, es así como estos grupos de poder y grupos de presión hacen ver que defienden la “democracia” pero conducen a la destrucción de todo pensamiento independiente.
Para no extenderme mas, sólo quería plasmar en este escrito todos estos interrogantes, dudas, reflexiones y cuestionamientos que tenía sobre eso que llaman la Libertad de Prensa. Lamentablemente en Colombia tenemos personas que se hacen llamar periodistas, pero de oficio son fieles propagandistas de los grupos de poder y/o grupos de presión que mas les convenga y se jactan hablando de la imparcialidad y objetividad periodística. En palabras de Orwell “eso es prostitución y nada mas que prostitución”.
Ahora comprendo al maestro Gossaín cuando enunció la frase con la que comencé este escrito.