Mucho se ha hablado sobre el incremento de los cultivos de hoja de coca en Colombia. El abanico de temas para el debate ha sido amplio: desde culpar al proceso de paz por el incremento de los cultivos, hasta el regreso de las fumigaciones aéreas.
Sin embargo, el último informe de la Fundación Paz y Reconciliación – Pares “Cómo Va La Paz 2018”, señala algunos hallazgos sorprendentes sobre esta materia. Lo primero que destaca el informe es que Colombia no ha sido el único país donde han aumentado los cultivos de hoja de coca; de hecho, Perú y Bolivia han tenido una tendencia similar, tal y como se aprecia en la siguiente gráfica:
Incremento de cultivos de coca en el área andina
Tradicionalmente, cada vez que en Colombia se registraba un aumento de las hectáreas cultivadas con coca, en Perú y Bolivia disminuía la cifra, asimismo, cuando en Colombia disminuían los cultivos, en estos dos países andinos aumentaban las hectáreas con coca. Sin embargo, a partir del año 2015 la tendencia cambió y ahora en los tres (3) países se han presentado aumentos del área cultivada de manera simultánea.
Lo segundo que destaca el informe es que, a diferencia de lo planteado en el debate político, el aumento de los cultivos de coca no tiene una explicación solo en la realidad nacional, como lo es la de culpar al proceso de paz, sino que estas cifras dependen directamente de dinámicas en los mercados internacionales, y en este caso específico se destacan tres de ellas: la primera es el fortalecimiento del dólar.
Hace seis (6) años un dólar podría llegar a costar $1.800 pesos, actualmente cuesta poco más de $3.000 pesos. Todo parece indicar que esto provocó un aumento en el pago que se hacía a los campesinos por la pasta base de coca.
A continuación, se ve la gráfica en la cual el color rojo indica el incremento de los cultivos de coca y el color azul el precio del dólar correspondiente:
En la siguiente gráfica se ve con claridad el incremento de los cultivos de coca y el pago por kilogramo de la pasta base de coca. Desde el año 2013 comenzó a pagarse mejor la pasta base a los campesinos:
La coca y la minería ilegal, una relación estrecha
La segunda explicación es aún más sorprendente. Todo parece indicar que por lo menos 400.000 familias en Colombia viven de las economías ilegales, ya sea de los cultivos de coca, de la minería ilegal o redes de contrabando. Dentro de este grupo de familias, hay una rotación de acuerdo a las dinámicas del mercado. Así, cuando el precio de la onza de oro ha subido, muchas familias dejaron de sembrar coca y se fueron a trabajar en la minería de aluvión, y cuando el precio del oro ha caído, sucedió lo contrario, es decir, miles de familias pasaron a sembrar coca.
En la siguiente gráfica se ve cómo a finales de la primera década del siglo XXI el número de hectáreas de coca comenzó a disminuir, y el precio del oro a aumentar. Sin embargo, desde el año 2013 ha ocurrido lo contrario:
En consecuencia, lo que demuestra el informe es que las familias dejaron la minería y se pasaron a la coca. Este fenómeno disparó de inmediato los cultivos en la costa Pacífica nariñense, y en general, lo mismo ha pasado en varias zonas de esta región, en donde la minería ha sido un renglón muy importante de la economía.
Un tercer factor que ha modificado la dinámica del mercado es el aumento del consumo. Según la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito – UNDOC, el consumo de droga a nivel global podría llegar a 275 millones de personas; y en la mayoría de los países prevalece el consumo de cocaína, como se puede apreciar en la siguiente gráfica:
Número de consumidores de droga a nivel global. Histórico
Oferta y demanda, la regla de oro en el aumento de los cultivos
Así las cosas, el mercado de la cocaína funciona, como cualquier otro mercado, bajo el principio de la oferta y la demanda. Por ejemplo, países como Brasil, Argentina y algunos países europeos han aumentado el consumo de cocaína, y eso ha elevado la presión para aumentar los cultivos de coca en la región Andina.
Es decir, el aumento del precio del dólar, la caída del precio del oro y el aumento de la demanda han sido los principales motores para el crecimiento de estos cultivos. Estos factores, como puede apreciarse, no tienen ninguna relación con el proceso de paz, y tampoco son un asunto que esté bajo el control absoluto de Colombia. Simple y sencillamente son dinámicas de mercado que afectan la región.
En todo caso, el informe reconoce que hubo familias en varias zonas del país que sembraron coca bajo la condición de recibir ayudas para proyectos productivos. Pero eso se dio con cultivos de máximo una hectárea, de hecho, en las zonas aledañas a carreteras había cultivos de media hectárea. Pero esto no es lo que explica la presencia de cultivos industriales de 50 0 100 hectáreas en zonas como Tumaco. Esto lo que nos indica es que, como es sabido desde siempre, la realidad es más compleja de lo que parece.
*Articulo retomado de: https://pares.com.co/2019/02/12/la-paz-no-tuvo-la-culpa/