Esteban Cháves era, hasta febrero, uno de los favoritos para ganar el Tour de Francia. Su espectacular temporada en el 2016, siendo segundo en el Giro de Italia, tercero en la Vuelta a España y ganador del Giro de Lombardía, uno de los seis monumentos que tiene el ciclismo mundial, lo ponían en la línea de los Chris Froome, de los Nairo.
Su equipo el Orica, quien lo rescató del ciclismo después de sufrir una terrorífica lesión en su hombro, le dio la seguridad que necesitaba el chavito. Lo esperó y a los 26 años confirmó que todo lo bueno que se esperaba de él era cierto. El 2017 iba a ser el año de su maduración y por eso empezó con todo: fue segundo en la Tour Down Under en Enero en Australia detrás solo de Richie Porte, luego participó en la Cadel Evans Great Ocean Race en donde quedó entre los diez primeros. Su preparación indicaba que iba a regresar a Colombia a participar en los campeonatos nacionales pero, a última hora, canceló. Su equipo emitió un escueto comunicado en donde explicaba que una lesión de rodilla le obligaba a guardar unos días de reposo. Había tranquilidad. Iba a reaparecer en la Vuelta al País Vasco. Los organizadores esperaron hasta el último momento pero el chavito canceló. Se encendieron las alarmas.
Las versiones se contradecían. Esteban Cháves decía que iba a estar bien que le faltaba reposo, nada que no pudiera solucionar el gimnasio y la natación. Le daba rabia perderse todas las competiciones de primavera que estaba en su programa de preparación: el Tour de Romandía, la Vuelta a Cataluña. Lo que espera el Chavito es aparecer con toda la fuerza en junio en la Vuelta a Suiza o la Dauphiné Liberé. Eso al menos es lo que esperan porque la realidad podría será otra. En uno de los entrenamientos simplemente se pasó de kilometraje y empezó el calvario de la tendinitis en su rodilla. Una tendinitis de tal gravedad que puede tener tres meses de reposo. A ese paso el Chavito de América vendría a reaparecer muy justo para la Vuelta a Francia. Una lástima, una pena. Ya tenía listo su equipo, refortalecido con los hermanos Yates. Correrá al Tour, si, pero con menos kilometraje que sus rivales Contador, Froome, Nairo. El chavito está frustrado, esta vez las ganas de hacer una preparación más exigente le jugaron en contra.
Ahora solo les queda esperar a sus fans que tenga otra de sus recuperaciones sobre humanas a los que nos tiene acostumbrados. Sólo él puede vencer la más feroz de las tendinitis.