Faltaban 10 minutos para las seis y media de la tarde en París, cuando un fuego comenzó en la estructura de la catedral de Notre Dame de París. Durante quince horas el edificio fue víctima de las llamas. El mundo entero siguió el trabajo de los bomberos que se retiraron del edificio patrimonio de la humanidad pasadas las 3 de la mañana. La aguja, instalada por el arquitecto Violet-Le-Duc en el siglo XIX, no resistió, pero la joya de la arquitectura gótica sigue aún en pie.
Un año después, sin embargo, las obras de reconstrucción están detenidas desde el 17 de marzo a causa de la pandemia del coronavirus, días antes de la fecha que se había previsto para retirar los andamios y reabrir la explanada a los fieles. Con el confinamiento, los 80 obreros que laboraban en la Catedral dejaron de trabajar y aplazaron para después del confinamiento el desmantelamiento del andamio de 40 mil piezas.
Segunda semana santa sin fieles
De hecho, la arquidiócesis tenía un plan para la Semana Santa, que debió ser cambiado a causa de la pandemia, como explicó a France 24, Monseñor Patrick Chauvet, rector de Notre Dame: “El día de Pascua teníamos que estar en la explanada y escuchar las campanadas. Lo que hicimos fue en cambio una celebración a puerta cerrada el día de viernes santo, en torno a la corona de espinas".
Según Chauvet, "era importante que esta catedral herida estuviera con los heridos de la pandemia. La corona de espinas es la marca del sufrimiento de Cristo que murió por nosotros y creo que era muy simbólico que los cristianos pudieran ver que Dios está cerca de cada uno, incluso si nosotros (los sacerdotes ndlr) no podíamos estarlo en vista del confinamiento".
Para conmemorar el inicio del incendio, sólo la campana mayor “Emmanuel” de la torre derecha, sonará este 15 de abril a las 20 horas. La decisión es de Jean-Louis Georgelin, militar, ex Jefe del Estado Mayor francés nombrado por el gobierno a la cabeza del establecimiento público de reconstrucción.
Georgelin eligió esta hora “para acompañar los aplausos diarios de los franceses en apoyo al personal sanitario” que luchan contra el Covid, según un comunicado de prensa. Es la única manifestación prevista.
El presidente Emmanuel Macron, por su parte, en su perfil de twitter envió un mensaje de agradecimiento a bomberos, donantes y trabajadores de las obras de reconstrucción y prometió nuevamente "hacer todo" por mantener la fecha de reapertura del 2024.
Un an après l’incendie de Notre-Dame de Paris, mon message à toutes celles et ceux qui l’ont sauvée et qui aident à la reconstruire : pic.twitter.com/rdt5ENBK4I
— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) April 15, 2020
¿Será posible reabrir en 2024?
Más allá de la pandemia, las obras ya estaban retrasadas desde antes. Primero, por la contaminación con plomo que salió de las planchas que cubrían el techo y que preocupó a vecinos y obligó a los obreros a usar unos trajes especiales y a ducharse al final de cada jornada de trabajo.
El invierno y el mal tiempo obligaron también a ir más lento en los trabajos y a detener las obras cada vez que el viento soplaba a más de 40 kM/h.
El interior del templo está casi completamente consolidado pero sigue siendo un edificio declarado “en peligro de derrumbe” por lo que es vigilado por varios sensores que miden cualquier movimiento de la estructura que sostiene la bóveda, dañada en tres sitios diferentes y que soporta todavía algunos restos del techo quemado.
La alcaldía tenía prevista toda una remodelación de la isla de La Cité el polo turístico donde se encuentra Notre Dame pero también la Sainte-Chapelle y el palacio de justicia. Pero todo ha sido pospuesto.
Solidaridad mundial
La reconstrucción de este patrimonio mundial, que recibía 14 millones de visitas por año, se hará sólo con donaciones.
134 mil filántropos comprometieron su ayuda económica aunque de esas promesas sólo se han hecho efectivas un 20%. "Hubo 901 millones de euros de donaciones y promesas, pero sólo 188 millones han sido recibidos” dijo a Reuters Jérémie Patrier-Leitus, el director de comunicación del establecimiento público encargado de la conservación y restauración de Notre Dame. "La diferencia, no quiere decir que los donantes vayan a echarse para atrás, sino que nosotros pedimos que las donaciones se hagan efectivas a medida que necesitamos el dinero”.
Los principales donadores son los grandes grupos empresariales franceses como Pinault, Arnault, Bettencourt, Bouygues, Michelin, Total, Axa, L'Oréal, JCDecaux, etc. Todos ellos firmaron promesas ad hoc.
"No tengo la menor preocupación de que los compromisos asumidos se cumplirán porque son grandes firmas", dijo a Reuters Christophe-Charles Rousselot, delegado general de la Fundación Notre-Dame de París, una de las estructuras que recolecta las donaciones junto a la Fundación del Patrimonio y la Fundación de Francia.
Ante la polémica sobre estas donaciones millonarias en momentos de crisis económica derivada del Coronavirus, Monseñor Chauvet reconoció a France 24 que “hay que conservar esas donaciones porque representan miles de empleos, especialmente porque después del confinamiento los obreros no tendrán mucho trabajo. Mi misión como rector es procurar trabajo a la gente. Por eso creo que esta polémica es inoportuna”.
Según Chauvet, “nadie puede saber cuánto va a costar la restauración, porque el andamio bloquea una parte de la catedral y no sabemos lo que hay debajo. Por ejemplo, vamos a descubrir el número de piedras que va a haber que cambiar porque algunas explotaron con los 800° de calor del incendio o por el impacto del agua de los bomberos”, advierte el religioso.
Artículo retomado de France24
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