El actual estallido social en Colombia tiene su origen en la profunda deuda histórica de los gobiernos, precisamente, en lo social, en las carencias de buena parte de la población. Esto generó una altísima presión y deterioro mayor en la calidad de vida y en la dignidad de los sectores populares del país. A lo anterior se sumó la torpeza política de un gobierno y de una "clase dirigente" indolentes que tuvieron el descaro rampante de proponer una reforma tributaria, reduciendo impuestos a los ricos y aumentándolos a los más pobres, en medio de la crisis sanitaria más grande del país, la cual ha sido manejada de forma errática.
El resultado era previsible: la gente y especialmente los jóvenes se volcaron a las calles exigiendo lo que por lógica les corresponde, reformas sociales, políticas y económicas estructurales que les den oportunidades en la actualidad para construir un mejor futuro. Las masivas movilizaciones tienen la fuerza de la juventud como principal motor, de eso no cabe duda, logrando que el gobierno se siente a negociar.
No obstante, esos fuertes movimientos juveniles en los territorios, lejos de sentirse representados por quienes negocian con el gobierno en Bogotá, se perciben con poca o ninguna vocería real. Esto último sucede claramente en el departamento del Tolima, donde buena parte de esos muchachos, sino todos y refiriéndose a la mesa de negociación, se recogen en una frase: "No nos sentimos representados ahí". Y aún hay menos conexión con los colectivos juveniles de otros departamentos, ciudades y pueblos más alejados de la capital. El diálogo no solo debe darse con los representantes de los mayores centros urbanos.
Señores del Comité Nacional del Paro y señores del gobierno, los jóvenes de las regiones están pidiendo con firmeza que los incluyan en la mesa de negociación y que se lleve la negociación a las regiones. De lo contrario, se habrá negociado entre burócratas y no se estará solucionando de fondo la crisis actual, derivada de la injusticia social arraigada en la sociedad colombiana desde el inicio de su vida republicana y perpetuada hasta hoy.