A propósito del escándalo relacionado con algunos jugadores del cuadro Independiente Santa Fe y una trabajadora sexual tras la celebración del título obtenido en la Superliga el pasado 31 de enero de 2017, solo hay que decir que tanto los medios de comunicación como algunos usuarios de redes sociales deben esperar los resultados que arrojen las investigaciones respecto al caso.
Hasta el momento tanto los jugadores involucrados en esta historia son inocentes, por lo menos hasta que la justicia demuestre lo contrario. Sin embargo, he visto a cientos de colombianos levantar el dedo acusador para exigir justicia por la mujer aparentemente abusada. Ante los ojos de la mayoría de los colombianos los jugadores son responsables del aberrante hecho y merecen pasar el resto de sus días como los peores delincuentes. Para nadie existe la posibilidad de que sean inocentes, que se haya tratado de una relación consentida y por qué no, que la mujer haya mentido.
Muchas organizaciones de mujeres y usuarios de las redes sociales se deben rasgar las vestiduras al leer que es posible que la mujer esté mintiendo, pero no sería la primera vez que ocurre un caso semejante. Quiero enfatizar en que el presente artículo no pretende poner en duda la versión de la trabajadora sexual, tanto la palabra de ella como la de los futbolistas tiene la misma validez.
Los actuales logros que hoy han tenido las mujeres en lo referente a la reivindicación de sus derechos son totalmente válidos y sus luchas son más justas, pero estamos cayendo en el otro extremo. En una confrontación entre un hombre y una mujer, el hombre lleva las perder, por lo menos socialmente. Hoy en la mayoría de los artículos y comentarios que circulan en Internet, se exige castigo para los violadores, sin esperar los resultados de la investigación, sin conocer la versión de la supuestamente afectada.
Entre los diferentes artículos publicados está el de Catalina Ruíz Navarro para El Espectador, el cual da por hecho que la violación existió y recrimina que no haya un castigo ejemplar para los jugadores. Pregunto, ¿podría esta periodista publicar pruebas de esa violación?, ¿tiene los testimonios de los implicados para asegurar que la mujer fue abusada?, ¿cómo puede aseverar que esto es cierto sin que la Fiscalía se haya pronunciado al respecto? Como la de ella hay otras publicaciones que dan por cierto el hecho sin ninguna base al respecto, como por ejemplo el video publicado por “Las Igualadas” también del diario El Espectador.
Este feminismo desbordado nos está llevando a lanzar acusaciones sin pruebas sin fundamentos. Hoy ningún hombre tiene derecho al beneficio de la duda, siempre será culpable mientras una mujer lo acuse; si la justicia llega a fallar a favor de estos jugadores entonces es porque esta comprada, corrupta, está en contra de las mujeres y su derechos, es machista, misógina.
Solo puedo decir que la justicia es quien debe determinar si los jugadores son culpables o no de abuso sexual, si lo son que paguen por su aberrante delito, pero no sigamos cayendo en lanzar acusaciones solo porque creemos, nos parece o simplemente porque son hombres.