Si hubo un tema que puso los pelos de punta a millones de habitantes de la Costa, que lesionó grave y notoriamente a toda la población costeña y a los distintos sectores empresariales fue el incremento abultado de las tarifas eléctricas por parte de las empresas AIR-E y AFINIA-EPM en los siete departamentos del norte del país. No se hicieron esperar las protestas, las movilizaciones, los plantones, las reclamaciones airadas en las oficinas atestadas de estas distribuidoras y comercializadoras de energía.
El Departamento Nacional de Estadísticas (DANE), institución estatal que periódicamente da a conocer las cifras y variables económicas, ha venido detallando cómo, además de los alimentos, el servicio eléctrico ha mantenido en el país una espiral alcista por encima del 25% anual. Añade que en la Costa, una de las regiones más pobres del país y con las necesidades básicas insatisfechas más altas, está alrededor del 50%, el doble.
No tienen parangón las gabelas otorgadas por el gobierno de Iván Duque a estas compañías. Además de haberles regalado en la práctica los activos de Electricaribe por poco más de $600.000 millones de pesos cuando la misma infraestructura fue avaluada en $5,84 billones de pesos, como consta en las Resoluciones CREG 078 y 079 de 2021, les otorgó la cartera de la anterior empresa por dos billones de pesos, lo mismo que el cobro del mes de septiembre de 2020 a los usuarios cuando no habían llegado. Y el Ministerio de Hacienda le entregó a cada empresa garantías por un billón de pesos, como consta en documentos de esta cartera. Es extraño que conociendo ya el presidente Petro los contratos leoninos y cláusulas de confidencialidad firmadas por los dueños de las empresas y el gobierno anterior, todavía no los haya dado a conocer a la opinión pública.
¿Por qué la lucha mancomunada se convierte en el personaje del año? Porque en la retina de todo el país quedó grabada la irrupción de nuevas organizaciones en defensa de las comunidades. Son ellas el Frente Amplio de Usuarios del Caribe y sus respectivas ramificaciones en cada uno de los departamentos, acompañadas de las cámaras de comercio, varias universidades, los comités intergremiales, sectores de la iglesia como el obispo de Riohacha y la Arquidiócesis de Barranquilla, las asociaciones de comerciantes, Cotelco, las veedurías ciudadanas y comunales, los vocales de control, las ligas de usuarios, numerosos alcaldes distritales y municipales y varias corporaciones públicas. Hasta se organizó una Comisión Accidental del Congreso de la República que llevó a cabo audiencias en muchas ciudades del Caribe.
Descollaron asimismo muchos dirigentes gremiales y brillaron importantes liderazgos femeninos como la poetisa Dina Luz Pardo, directora de Asocentro de Barranquilla; Adiela Gómez, del sector hotelero de La Guajira y la región; Zandra López, de la Federación de Compraventas; Silvia Padilla, directora de la Lonja de Propiedad Horizontal de Barranquilla; Karen Veleño, directora de Asopartes de la Costa, Helena Restrepo, de la Corporación de Amor por Barranquilla, Yuris Begambre del Frente Amplio de Usuarios de Córdoba; Sonia Racines, lideresa de Ciénaga, Magdalena; Erica Cárdenas, de la Liga de Usuarios de Malambo, Atlántico, entre muchas otras.
No cabe duda entonces de que el personaje del año en Barranquilla y la Costa es la justa lucha desatada contra las desmedidas alzas de la energía eléctrica por todas las personas, organizaciones y entidades que participaron en la misma. Y queda en deuda el gobierno nacional por no haber escuchado, hasta ahora, el clamor generalizado de millones de costeños, limitándose a unas irrisorias rebajas que más parecen una burla.
¿Cuál sigue siendo su principal reivindicación? Que el régimen especial tarifario de la energía sea derogado y modificado y que se den a conocer los documentos y contratos leoninos que están afectando el bienestar de la comunidad y la competitividad del sector empresarial.