Las propuestas para quitar los privilegios de los congresistas hoy saltan por doquier en el congreso, todos tienen la solución perfecta para ¨cambiar¨ los excesos en los beneficios que reciben los ilustres padres de la patria, nadie quiere quedarse atrás, hoy a todas luces nos quieren mostrar que sí.
Los anuncios van desde la disminución de los abultados sueldos, la renuncia al uso de camionetas blindadas, quitarle la prima especial que le dio el gobierno Santos a sus compinches del congreso y que por cierto benefició a los de derecha y de izquierda, hasta trabajar gratis, etc, etc, etc, todo con el único fin de jactarse que se eligió a un legislativo que le apuesta al cambio ¡Ja!
Ya desde las entrañas de la corporación se han dejado sentir voces de inconformidad con siquiera la posibilidad que les bajen un ápice de lo que reciben, unos inclusive están pasando hambre en las sesiones, a otros solo les queda 8 millones de pesos de todo lo que reciben y no les alcanza, otros tantos se sienten presionados porque les exigen que cumplan con las promesas de campaña, mejor dicho, un poquitico más y se derriten.
A propósito, la razón por la que los congresistas reciben lo que reciben, obedece a que el ilustre y magnánimo Juan Manuel Santos siendo presidente por allá en el 2013, les concedió el beneficio de una prima especial de carácter mensual, es de destacar que para aquellos tiempos comenzaban a rodar las palanganas de mermelada para que le aprobaran su propuesta de paz, porque de otra forma era imposible.
En esos días, congresistas como Roy Barreras, Iván Cepeda y el hoy presidente Petro, eran parte del Legislativo, en esa época no pensaban que lo que recibían era desproporcionado, en cambio guardaron silencio por largos años, y solo hasta ahora, cuando apareció el genio de una lámpara que dijo que él era el ¨cambio¨.
Me causa mucha curiosidad que la discusión se haya centrado en bajar unos sueldos, pero guarden silencio frente a las Unidades de Trabajo Legislativo (UTL) que tiene cada congresista, y de los cupos indicativos para las regiones, que son una fuente grandísima de corrupción y de la cual hablaremos en otra oportunidad
Mantener las UTL es costoso, cada congresista tiene derecho a vincular como asesores hasta 10 personas con una asignación mensual nada despreciable que oscila entre los $3.000.000 y los $16.000.000, lo que callan es que, a través de estas, se pagan favores políticos y también se presta para tramoyas.
Cuéntenme algo ¿Alguno de ustedes ha escuchado a algún congresista, de aquellos que enarbolan ¨ el cambio¨ y de los que llevan años en el congreso, que modificarán estas Unidades de Trabajo Legislativo? Desde esta orilla del río les digo que no le he escuchado eso a nadie, ¿por qué guardan silencio al respecto?
Lo que sí me parece es que hay bastante hipócrita en el Congreso, más de uno con cara de guevon, pero con corazón de ladrón, y me disculpan la expresión, pero si me van a hablar que hay cambiar las cosas, entonces se hacen como son y no a punta de babas.