Las ofertas que llegaban al Real Madrid por James Rodríguez eran ridículamente bajas. Ni la que hizo el Milán o el Manchester United no superaban los 40 millones de Euros. Florentino estaba decidido a no perder una sola moneda de los 72 millones que le había pagado al Mónaco por su pase en agosto del 2014, justo después de que el colombiano quedara goleador del mundial de Brasil. El presidente del club blanco veía con preocupación como los técnicos Rafa Benítez y Zinedine Zidane relegaban al jugador al banquillo de los suplentes. Los diarios sensacionalistas de Madrid y Barcelona tampoco ayudaron a levantar la imagen del jugador. Después de que a la fiesta de cumpleaños de Cristiano Ronaldo en febrero del 2015 enyesado de su pierna y de haber llevado a su amigo el reguetonero Kevin Roldán a amenizar la reunión y la posterior publicación de las fotos en las redes sociales del cantante, los directivos del Real y la misma afición empezaron a quejarse de la falta de compromiso del jugador.
La llegada de Benítez coincidió con un acto de rebeldía de James y de su manager el portugués Jorge Méndes de pedir el mismo sueldo que Cristiano Ronaldo. En ese agosto del 2015 el colombiano venía de una lesión y a partir de allí su nivel empezó a descender. La llegada de Zidane tampoco ayudó al colombiano que, además, era defendido aireadamente por su mamá, María del Pilar Rubio, en redes sociales lo que generó un comentario hiriente por parte de uno de los directivos del club: “Si el Real Madrid cuenta todo lo que sabe de James Rodríguez, a mamá le da un ictus”, en declaración dada al diario Gol de Madrid.
Partido del colombiano contra el Bayern el 12 de abril de 2017
James empezó a ganarse en Europa una fama de jugador complicado. A pesar de su calidad innegable y de su poder de marketing –Su camiseta es la segunda que más se vende en el Madrid después de la de CR7- ninguna de las ofertas presentadas superaban los 40 millones de Euros. Todo iba mal hasta que Florentino Pérez le encontró la solución al problema: ceder en condición de préstamo al colombiano durante dos temporadas al Bayern de Munich. La condición es que en dos años el club alemán deberá pagar 60 millones de Euros al Madrid.
60 millones es perder 12 millones en teoría. Sin embargo, la jugada de Florentino fue magistral: se ahorraría los 12 milones que debería pagarle en las dos temporadas –James cobra al año 6 millones- y así no perdería un solo euro por su inversión.
Con este movimiento el colombiano y el club salen ganando. El Real Madrid se quita de encima uno de los salarios más altos que tenía que pagar, y James vuelve a ser dirigido por Carlo Ancelotti, el italiano que le explotó lo mejor de sí mismo en la primera y maravillosa temporada que tuvo en el 2014-2015.
Ojalá vuelva el mejor James en el Bayern de Munich.