La jueza Rosemarie Aquilina se convirtió en una figura imprescindible en el caso contra Larry Nassar, el exdoctor del equipo olímpico de gimnasia de Estados Unidos condenado por abusos sexuales a menores y jóvenes gimnastas y por posesión de pornografía infantil en su computadora.
"Acabo de firmar tu sentencia de muerte", expuso la jueza Aquilina al anunciar la sentencia de entre 40 y 175 años en prisión contra Nassar, de 54 año
Aquilina escuchó con atención a las más de 150 mujeres que relataron sus historias de abuso durante el proceso de sentencia que se prolongó una semana.
En ocasiones actuó más como terapeuta que como jueza. Aquilina, de 59 años, no escondió su empatía por las mujeres.
Tras la declaración de una de las gimnastas, Bailey Lorencen, la jueza sonrió y expresó: "El ejército no ha encontrado todavía una fibra tan fuerte como tú".
Aquilina añadió que Mattel, la fabricante de juguetes, debería inspirarse en Lorencen para hacer juguetes que las niñas puedan admirar.
"Deja tu dolor aquí", le dijo a otra de las gimnastas, "y sal y ve a hacer cosas magníficas".
La jueza declaró que ha recibido peticiones de entrevistas por parte de medios de todo el mundo pero insistió en que ella no es la protagonista de la historia, sino las mujeres, y añadió que sólo hablará si es con una de las víctimas a su lado.
Aquilina tenía poca tolerancia hacia Nassar, algo que no disimuló.
Si bien la misión de los jueces es ser imparciales y objetivos, es importante recordar que esto fue un proceso de sentencia y no el juicio.
Cuando Nassar le envió una carta de queja, en la que pedía ser retirado de la sala porque el proceso le estaba causando angustia emocional, la jueza respondió duramente:
"Pasar cuatro o cinco días escuchándolas es algo significativamente menor, considerando las horas de placer que tuvo usted a su costa y arruinándoles la vida".
Lo que es más excepcional sobre el juicio es que Aquilina designó un tiempo a escuchar no sólo unas pocas sino cientos de historias de las víctimas de Nassar
"Ya no son víctimas, son sobrevivientes", les dijo Aquilina a las mujeres en el tribunal y les recordó que "el mundo entero" las escucha.
El proceso de sentencia se emitió en directo y llegó a los titulares de la prensa internacional conforme deportistas olímpicas de EE.UU, compartieron públicamente sus recuerdos del abuso.
Para muchas mujeres, estas historias condujeron a años de ansiedad, depresión y autolesiones.
Si bien admitió que no es terapeuta, Aquilina ofreció consejos y palabras de empatía a las mujeres que confrontaron a Nassar directamente. El exmédico se sentó a la izquierda de la jueza en el tribunal con la cabeza agachada la mayor parte del tiempo.
Muchas de las víctimas y sus padres agradecieron a la jueza que les ofreciera la plataforma y el espacio para dirigirse a su abusador.
Rosemarie Aquilina, hija de padre maltés y madre alemana, llegó a Estados Unidos con sus padres cuando era bebé.
Después de tener dos hijos mientras estudiaba Derecho y trabajar 10 años, Aquilina se alistó en el ejército.
Se convirtió en la primera Jueza Abogada General en la Guardia Nacional del Ejército en Michigan, donde se ganó el apodo de "Barracuda Aquilina".
Según un perfil de 2014, la jueza del circuito del condado de Ingham, Michigan, se describe a sí misma como una luchadora que no acepta un no por respuesta: "Doy la cara por la gente y digo 'vamos a hacer lo correcto'".
Cuando sentenció a un violador en serie a cadena perpetua, el delincuente juró que "enviaría a alguien por ella".
Escritora de novela negra
Profesora de Derecho, Aquilina fue elegida como jueza de tribunal de circuito en noviembre de 2008.
Ella misma reconoce que es una persona que no rehuye la controversia.
Por ejemplo, le envió al expresidente Barack Obama una copia del fallo en el que determinó que la declaración de bancarrota de Detroit violó la constitución del estado.
En su tiempo libre, Aquilina escribe.
Es autora de una novela negra con el título Triple Cross Killer ("El asesino de la triple cruz") y su próximo libro se publicará pronto.
De acuerdo a su biografía en línea, la jueza solía presentar un programa de radio que se llamaba "Pregúntele al abogado de familia".
Indudablemente, tras este proceso, la notoriedad de la jueza Aquilina se ha multiplicado y quedará por siempre ligada al mayor escándalo de abusos en el seno del deporte de Estados Unidos.