El 23 de enero de 1938 nació y creció en Georg Kern en un pueblo de Grossbaselitz cerca de Desdén. En 1961, retoma como los artistas del Renacimiento, el nombre de su pueblo como apellido para tomar distancia y hoy en día se llama Georg Baselitz. Pintor, escultor y grabador alemán que refleja en su trabajo el caos de su historia dividida y de una sociedad destrozada por la Segunda Guerra Mundial.
The great friends, 1965
El, sus padres y su familia de 4 hermanos quedaron en el lado Este de la ciudad de Berlín en donde el tiempo pasaba más lento y el muro dividía la vida de los seres humanos. Cuando quiso ser pintor utilizaba la acuarela. Fue siempre un rebelde ante el arte oficial mientras pintaba un Informalismo español y se nutría de libros como del poeta surrealista Antonin Artaud: el teórico del “teatro de la crueldad”. Deseaba desarmar las convenciones con locura y salvajismo que era el estado mental del joven artista que se sentía aislado del mundo que le interesaba. Baselitz es de la misma generación de Sigman Polke y Gerard Richter, todos nombres que están en el pináculo del arte internacional.
The girls of olmo II, 1981
En el Este los artistas se sentían desinformados mientras que en el otro Berlín había información sobre lo que estaba sucediendo, había galerías que movían un mercado de exposiciones y discusiones sin ellos.
Y cuando Baselitz llegó al otro lado tuvo una versión, que aunque no la entendía ya él había tomado el camino de la figuración Neo Expresionista. En 1961 recibió una beca de la Villa Romana en Florencia donde se dedicó a buscar en la “Balsa de la Medusa” de Gericault, y los “Estudios de las manos”, la ferocidad y la desesperación del ser humano ante la muerte.
Cena en Dresde, 1983
Baselitz tomó primero el camino de una figuración fragmentada donde los héroes quedaban desmembrados y después, haciéndole homenaje a su profesor de la infancia, invirtió la figura humana en la pintura. Comenzó sus esculturas también muy expresivas en madera. Así encontró su lenguaje y su técnica brusca que lo ayudó a desenfrenar sus sentidos. Y a encontrar cómo expresar la desesperación de una generación de artistas que tuvieron que entender la crueldad del ser humano. Y así lo han dejado plasmado en sus obras.