Uno de los mayores escándalos de fraude electoral en el país, en las pasadas elecciones regionales de octubre de 2015 sucedió en el departamento del Huila, para ser precisos, en el municipio de Saladoblanco. Allí, la candidata Zuleima Peña Valenzuela, quien representaba los intereses del entonces alcalde municipal, José Ricardo Villarreal, se alzó con la victoria luego de que en los conteos preliminares no lo lograba. Sucedió que algunos inconformes con los resultados iniciaron una revuelta que terminó con la quema de los votos en el puesto de votación del casco urbano, situación que a pesar de las advertencias, no fue controlada por las unidades de la policía ni del ejército, que ya habían sido advertidas de posibles hechos de fraude electoral en este municipio. El resultado dejó a la ex Secretaria de Gobierno y candidata del alcalde municipal como ganadora en su municipio, con el visto bueno de las autoridades electorales, quienes dudosamente avalaron el triunfo con los votos de dos corregimientos que no fueron incendiados.
Una de las personas que se atrevió a denunciar el fraude fue Gloria Emilse Chavarro, líder comunitaria; quien tan solo unos días después de las dudosas elecciones y de alzar su voz de protesta fue asesinada. Según el periodista Edgar Artunduaga, la actual alcaldesa y fiel servidora de su antecesor, al parecer tiene un familiar capturado y procesado por transporte de estupefacientes en el 2015.
Estos hechos,entre otros, que pasaron desapercibidos en su momento para las autoridades nacionales, nos muestran una fotografía real y cruda de lo que viene sucediendo en el departamento del Huila, en especial en los municipios del sur, en donde algunos periodistas nos atrevemos a denunciar lo que es un secreto a voces, la relación estrecha que existe entre políticos, autoridades civiles, policiales y militares, con las diferentes bandas y carteles del narcotráfico que operan en la zona.
Es que parece asombroso, que un municipio pequeño, que parece tan alejado del mundo, esté en la mira de autoridades internacionales como la DEA, Interpol y las Policías de España, Francia e Italia; y que en nuestro país no se escuchen investigaciones o resultados concretos de las autoridades. Me refiero específicamente al que las autoridades internacionales han denominado “El Cartel de Saladoblanco”, una organización criminal que surte de cocaína y heroína diferentes mercados de Europa. Situación similar se registra en Pitalito, desde donde según las autoridades se administran intereses de algunos de los principales carteles de la droga de México y Suramérica; y que desde hace algunos años se ha convertido en el centro de operaciones de sus enlaces en Colombia: Poderosos narcos provenientes de Caquetá y Putumayo. Otros recientes ejemplos de esto pueden ser la captura de residentes de Pitalito con circular de Interpol para ser extraditados a países europeos; o la detención en septiembre de 2016 de un vehículo que llevaba una caleta con mil millones de pesos por parte de la policía en Nariño y que sus ocupantes resultaron ser oriundos y residentes de los municipios de Saladoblanco y Pitalito.
La combinación de política, corrupción y narcotráfico ha dejado una huella de sangre en nuestro país, no solamente en los tiempos de los míticos capos como Escobar, Gacha y el Clan Ochoa, este es un mal permanente, los vínculos de política con clanes delincuenciales, combos y bacrim han permanecido en el tiempo desde los inicios del narcotráfico hasta llegar a nuestros días, en donde tenemos ejemplos recientes como el de “Kiko” Gómez y Oneida Pinto solo por mencionar algunos casos.
En nuestra región los signos y muestras están ahí, pero parece que autoridades del orden y la seguridad; y las administrativas no les prestan mayor importancia, por el contrario conviven y se amoldan a ellos. Personajes como alias “el loco”, que asesinó de manera fría y cobarde a la periodista Flor Alba Núñez frente a las cámaras de seguridad, acuden a los estrados judiciales con una sonrisa burlona en su rostro, mirando con desdén a las autoridades judiciales y a sus víctimas, que emergen como los nuevos“Popeyes”, “Pininas” o “Aretes”, elevando su reputación en el bajo mundo del hampa. Sonríen ante los jueces que los juzgan, porque están seguros que nada le va a pasar, saben que sus patrones seguramente ya tienen arreglados sus asuntos; y dejan ver que las relaciones entre la mafia y los poderes en estos municipios están ahí para su servicio. Flor Alba fue asesinada por sus denuncias sobre el dudoso origen de los dineros en la campaña a la alcaldía de Pitalito en 2015, no por una venganza del asesino como se ha querido presentar. Su familia, al igual que sus colegas periodistas,ha decidido callar.
El asesinato de Celia Escobar funcionaria de la DIAN ocurrido en Neiva en 2013 tiene relación con investigaciones que realizaba a prosperas empresas de acuicultura que operan en el departamento, algunas de ellas en los municipios del sur, y que según las investigaciones adelantadas servían de fachada a operaciones de lavado de dineros del narcotráfico. Otra investigación que inició con fuertes pronunciamientos de altos funcionarios del gobierno nacional, serios indicios de la fiscalía sobre la intervención en este asesinato del Cartel de Sinaloa y su principal testaferro en el Huila; pero terminó enfriándose convenientemente para los intereses de la mafia y las carpetas de la boyante investigación adornan hoy los estantes de la fiscalía.Con los ojos de la DIAN puestos en sus negocios fachada, la contratación pública se convirtió en el principal foco de interés de los narcos para lavar dinero, pues las sumas elevadas que se mueven por ahí, superan enormemente las de cualquier otro negocio que pretendan utilizar para este fin.
Hoy, a tan solo 12 meses de las elecciones legislativas, las evidentes relaciones entre el poder, la corrupción y el narcotráfico se dejan ver. Los políticos con amigos “embilletados” salen a hacer campaña como honestos ciudadanos escondiendo bajo su máscara el verdaderomonstruo que hay por dentro. De nuevo, el partido Cambio Radical, irónicamente liderado por dos de las más visibles víctimas del narcotráficoen nuestro país – Los congresistas Lara y Galán – parece que no le interesa y es muy probable que permita la presencia de este salpicóndelincuencial en la fiesta democráticacon las principales cartas de este partido para el congreso de la república en nuestro departamento.
Por un lado, viene tomando fuerza la aspiración de Cielo González Villa, al Senado de la República; investigada por todos los organismos de control y todas las instancias judiciales del país; con el apoyoburocrático de su hermano Carlos Julio, gobernador del Huila y las jugosas cuentas bancarias de la familia. La actitud de Cielo González es relajada y tranquila; contrasta con su situación judicial, seguramente porque estáconvencida del resultado de estosprocesos a su favor. El partido de la U ya la avaló en el 2011 para ser elegida gobernadora y fue destituida un año después por fallos en su contra que le profirió la procuraduría; fue inhabilitada por 11 años tras acumular tres sanciones disciplinarias.
Las denuncias por las que ha sido investigada van desde el presunto manejo irregular de 3500 millones de pesos de excedentes de las regalías petroleras mientras ejerció como alcaldesa, un irregular encargo fiduciario contratado durante su alcaldía por 12.000 millones de pesos y una contratación inadecuada con la Universidad Surcolombiana por 900 millones de pesos.Estos procesos aún se encuentran pendientes de ser resueltos por la justicia.
Como su llave para la Cámara de Representantes se viene perfilando el señor José Ricardo Villarreal, actual secretario de agricultura del departamento y exalcalde de Saladoblanco; el mismo que seguramente orquestó y coordinó el fraude en las elecciones de octubre de 2015 para asegurar el triunfo de su sumisa sucesora. Al igual que Cielo González tiene su prontuario que incluye investigaciones de la procuraduría a raíz de una denuncia interpuesta por el Mayor Luis Alfredo Campos, comandante de Policía en Pitalito, quien manifestó que el entonces alcalde de Saladoblanco lo insultó en la calle, - al mejor estilo traqueto - y por la cual ya fue absuelto por la Procuraduría. Las otras denuncias corresponden a la venta y compra irregular de vehículos en la alcaldía de Saladoblanco, proceso vigente y en curso; y las presuntas irregularidades por la concentración en la contratación del municipio, la cual favoreció de manera sospechosa al señor Rafael Tierradentro Hortúa, sobre quien las autoridades investigan sus vínculos con el exalcalde y actual secretario.El señor Tierradentro Hortúa tiene un amplio portafolio de servicios que oferta por diferentes municipios del Huila y en el cual incluye servicios de suministro de materiales de construcción, alquiler de maquinaria, obras de ingeniería civil, otros suministros, entre otros; es decir, se perfila como un pequeño engendro encarnado del mismísimo vientre de alguno de los primos Nule. Seguramente las autoridades internacionales ya le tienen el ojo puesto e investigan su vínculo – y el de Tierradentro Hortúa- con los jefes de los cárteles de narcotráfico que operan en Saladoblanco y Pitalito.
Asesinatos de líderes comunitarios, policías, periodistas y funcionarios que investigan; fraude electoral, corrupción en la contratación pública, políticos investigados, intimidación, montones de dinero, miedo a denunciar, autoridades incapaces y narcotráfico; son algunos de los ingredientes con los que se prepara este macabro festín desde los municipios del sur del Huila; y que que empieza a soltar sus aromas que se sienten hasta en la capital del país, en donde parece que no les huele a feo esta región, y silenciosamente permiten que se siga cocinando. Todo está dispuesto para que el diablo entre, se siente en la mesa y se sirva de este suculento menú.
