Hace cuatro meses, Daniel Quintero designó a Jorge Andrés Carrillo en la gerencia de Empresas Públicas de Medellín (EPM), el cuarto nombramiento que hacía desde que asumió las riendas de la alcaldía de Medellín. El caballo de Troya de su administración ha sido EPM pues antes de Jorge Carrillo, Quintero había delegado la gerencia a Alejandro Calderón Chatet, primo segundo suyo, quien una semana después de su nombramiento renunció al cargo.
Sin embargo, el abogado Hernán Cadavid demandó el nombramiento de Jorge Carrillo ya que también era un miembro de la Junta Directiva. Esto violaba el Decreto Ley 128 de 1976) que prohíbe que miembros de las juntas directivas de las entidades descentralizadas prestan sus servicios profesionales en la entidad. El Tribunal Administrativo de Antioquia le dio la razón al abogado Cadavid y anuló el nombramiento del nuevo gerente de EPM.
A pesar de la decisión, Quintero se rehúsa a que Carrillo abandone el cargo y autorizó que continúe ejerciendo sus funciones hasta que apele el fallo ante el Consejo de Estado. La pataleta del alcalde podría acarrearle problemas con los entes de control pues si Carrillo se mantiene en el cargo, estaría violando el régimen de inhabilidad.
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