Por si faltara tensión entre las partes, si no era suficiente con el último año de desavenencias políticas y consulares, cuando se creía que nada podía entorpecer aun mas la relación entre las dos patrias de Bolívar una historia casi de película ha causado un revuelo descomunal. La fuga de Aida Merlano se ha convertido en los últimos días en el centro del debate entre Colombia y Venezuela, en el péndulo en el cual flotan intereses, culpas y toda clase de prebendas. Merlano se ha convertido en el botín mas importante para el régimen de Maduro, si bien no representa los millones de dólares diarios que arroja el narcotráfico y la minería ilegal, la excongresista es una fuente inagotable de escándalo y conmoción para intentar apaciguar las turbulentas corrientes militares que se asoman desde Colombia.
No pienso referirme a los personajes tildados por Merlano como cómplices de su fuga, emancipadores de sus campañas y posteriormente verdugos de su posible asesinato. Será la fiscalía en su debido proceso quien tenga a bien determinar la veracidad de sus argumentos, en algunos casos detallados y otros muy faltos de peso; tal es el caso de la supuesta intención del Presidente Duque en hacerle daño solo por haber incrementado la recompensa ofrecida por información de su paradero. Lo que representa una importante oportunidad de escudriñar en lo más profundo de las palabras de Merlano es su actitud ante la dictadura venezolana, capaz de sucumbir ante cualquier situación que le otorgue argumentos al señor Maduro para descalificar, ofender y difamar desde su tribuna al gobierno colombiano.
Desde el circulo político del cual es producto pasando por la derecha reticente del partido al cual representaba resulta improbable pensar que Aida Merlano tenga aires socialistas, partiendo de ser una persona que no representa absolutamente nada mas que corrupción en la política colombiana. La diatriba publica en la cual se encuentra expuesta ha hecho florecer en ella un profundo instinto de agradecimiento, tan amplio como para reconocer a Nicolas Maduro como legitimo presidente de Venezuela y calificar de vergüenza nacional el pedido de extradición realizado por la canciller colombiana Claudia Blum al presidente interino Juan Guaidó. La complicidad y las palabras melifluas que deposita Merlano en el dictador y sus secuaces son un claro presagio de la complicidad que esta por acrecentarse en aras de su beneficio mutuo.
El contexto es el siguiente: mientras que Aida Merlano alaba y agradece el trato digno por parte de las autoridades venezolanas mas de 388 presos políticos son torturados física y psicológicamente en Venezuela cada día, aislados de todo contacto con sus familias y abogados por meses, sin ser presentados en los tribunales y en los peores casos siendo asesinados en prisión como el caso del concejal Fernando Albán en 2018. Al tiempo que Aida Merlano muestra vestimenta de reinado, look de peluquería y un reloj de varios miles de dólares ante la prensa internacional, el diputado Juan Requesens fue obligado a comunicarse frente a una cámara con su vestimenta repleta de excremento siendo fotografiado sin controlar su voluntad.
Por ascensor viajan los tramites de Aida Merlano cuando en cuestión de días ha logrado reuniones con diferentes miembros de la fiscalía y delegados del gobierno venezolano. Por escalera se estancan los procesos de cientos de presos como el caso del coronel Juan Carlos Caguaripano, militar que luego de 2 años en prisión no ha sido presentado a los tribunales para el inicio de su proceso. Es apenas lógico que Merlano agradezca todas las garantías que le han brindado en Venezuela, un país en el cual la justicia selectiva para su caso no tiene nada que envidiarles a las mejores cortes de Europa. Adicionalmente, es objeto de duda razonable que Aida Merlano se encuentre en una celda mientras encara el proceso; aunque afirma no estar en condiciones preferenciales y no tener privilegios solo hay que tener dos dedos de frente para entender que Merlano no sufre en carne propia el 500% de hacinamiento que existe en las prisiones venezolanas según datos oficiales de la ONG Una Ventana a la Libertad.
“Desde que pisé Caracas me han tratado con mucha dignidad y con mucha decencia” respondió Merlano ante las inquietudes de Vicky Davila. Es una verdadera lastima que los 9.000 venezolanos sujetos a procesos penales arbitrarios bajo medidas cautelares no puedan decir lo mismo; puesto que han sido sometidos a toda clase de vejámenes por parte de las autoridades que en ningún momento respetan, protegen y cumplen con los derechos humanos. ¿Hará falta algo más insólito? Por supuesto, con orgullo absoluto Merlano afirmó que por tratarse de su caso el propio Nicolas Maduro les notificó a los miembros del FAES que seria causal de despido y de baja cualquier agravio en contra de la excongresista. Con la misma suerte no corrió Lorent Saleh, torturado por años en los sótanos del servicio de inteligencia, tampoco el General Vivas, a quien le fracturaron la columna y le causaron una hiperplasia prostática, solo por mencionar dos casos entre miles con peores consecuencias.
Así las cosas, Merlano agradeció en varias oportunidades al presidente Maduro por el trato digno que han proferido hacia ella, claro está, dejando constancia en todo momento que no tiene ningún tipo de preferencias hacia el régimen del dictador. Mientras 30 millones de venezolanos viven en una Venezuela consumida por la desgracia, la injusticia y la arbitrariedad, Aida Merlano pasa los días en un lugar muy diferente; en el país de las maravillas.