A las 2:30 de la madrugada, a punto de embolsillarse estados claves como Texas, Donald Trump, quien también lleva ventaja en otros que podrían marcar diferencia como Ohio y Pensilvania, decidió no esperar más y patear la mesa. Tenía lista una fiesta con 250 invitados en la Casa Blanca para celebrar lo que para él era un triunfo inevitable. Pero el conteo de votos se tardó más de lo esperado y el presidente, en una muestra más de su insoportale carácter, decidió mostrar su talante autoritario:
"Esto es un fraude al pueblo estadounidense, francamente ganamos esta elección. Es un enorme fraude a nuestra nación", insistió, para después advertir: "Iremos a la Corte Suprema".
El Presidente, quien se perfila como ganador de estas elecciones, afirmó que hay un plan demócrata para impedirles a los Republicanos la celebración. Mientras tanto, en la otra acera, Joe Biden, el candidato demócrata, pide calma. Los resultados definitivos se sabrán en el trasncurso de este día.