El poder de Carlos Caicedo y Rafael Martínez, exalcalde y alcalde de Santa Marta respectivamente quedó medido con su captura.
Se esperaba que lo realizado por ambos mandatarios se tradujera en solidaridad yb generara una verdadera revolución en la capital del Magdalena tras su captura.
No fue así, las pocas personas que manifestaron su apoyo en las puertas del complejo judicial de la ciudad son allegados a los funcionarios que trabajan en la anterior y la actual administración municipal.
De la época en la que Caicedo, quién ya pasó en 2003 por las que está hoy al ser capturado siendo rector de la Universidad del Magdalena y que generó una reacción multitudinaria en su momento, entre otras por el apoyo de muchos estudiantes de esa institución, queda poco.
Lo que tiene encartado a Caicedo y a Martínez es la situación de cuatro centros de salud que nunca fueron terminados y que ante la precaria situación económica de la ciudad se convierten en “hospitalitos” como le llaman aquí pese a que para ello se contrataron y se ejecutaron en las dos administraciones millonarios recursos.
En Santa Marta muchos sostienen que aquí re formuló la Constitución política que prohíbe la reelección de mandatarios elegidos por voto popular porque Caicedo siguió gobernado en cuerpo ajeno, el de su aliado Rafael Martinez.
Es tan evidente esa situación que los pasados juegos bolivarianos se convirtieron en un verdadero órgano de propaganda para la campaña de recolección de firmas de Carlos Caicedo, hecho por el que fue suspendido por la Procuraduria Rafael Martínez, su sucesor días antes de ser capturado por la Fiscalía.
La historia política de Carlos Caicedo es impresionante. Nació para la vida pública de la mano de los Vives Lacouture y fue el florero de llórente entre las castas políticas de una región donde golpeó con la mayor dureza el paramilitarismo.
Caicedo creció junto a la política tradicional de su departamento pero pronto entendió que golpeando a sus mentores y después de pasar por la rectoría de la Universidad del Magdalena lograría réditos entre los ciudadanos de una capital asfixiada por la politiquería y las necesidad básicas nada satisfechas.
Cuando tuvo su oportunidad prefirió Santa Marta y no el Magdalena para sus propósitos electorales. El departamento aún conservaba estructuras que para él eran un riesgo y prefirió aventurarse con la ciudad.
Recorrió junto a sus más allegados calles y barrios con un discurso fresco y desacartonado y logró una copiosa votación en las elecciones de alcaldía en el año 2011 con el aval del Partido Liberal.
Ya instalado allí y en alianza con la casa Gaviria gobernó protegido por esa fracción del partido logrando incluso que Simón Gaviria en el DNP reconociera su gestión en la alcaldía como una de las más exitosas según esa entidad.
Caicedo es audaz, atrevido y agresivo y conoce como pocos el poder de las redes sociales. Es por ello que montó desde su alcaldía una estructura de apoyo a través de los canales digitales que convirtieron a la comarca en un hervidero a través de los teléfonos móviles.
Aún se recuerda el escandaloso contrato de casi 900 millones de pesos para gestión de redes que tuvo que echar para atrás el alcalde Martinez en Abril de 2016 y que genero gran revuelo en una ciudad de cerca de 600 mil habitantes donde las necesidades superan a la información .
Caicedo se hizo famoso por la colección de pequeñas obras que emprendió en Santa Marta... "Inauguraba hasta las vallas” dicen muchos de los ciudadanos a los que les preparaban fiestas ruidosas para anunciar los trabajos y luego fiestas aún más grandes para inaugurarlos.
Las obras que tienen respondiendo ante la justicia a los dos mandatarios no son tan pequeñas y se convirtieron en elefantes blancos que se caen a pedazos en Santa Marta ante los ojos de muchos ciudadanos que tal vez por ello no han reaccionado negativamente por la captura de los funcionarios.
