La innovación es un proceso que pretende mejorar algún procedimiento o producto. Esto lo hace aportando nuevos elementos o modificando los existentes con el fin de alcanzar un perfeccionamiento y ofrecer un diferenciador de la competencia, y de esta forma llamar la atención para posicionarse en el mercado. Innovar es utilizar el conocimiento disponible, propio y ajeno para diseñar y utilizar nuevos caminos hacia las metas definidas como éxito empresarial.
Si se quieren alcanzar resultados diferentes, se deben realizar procesos y acciones diferentes. La creatividad al servicio de la innovación es inherente a la cultura empresarial colombiana y latinoamericana. La inventiva y la capacidad de estructuración y utilización de elementos, conceptos y herramientas son cualidades o habilidades ampliamente utilizadas por la mayoría de empresas en Colombia.
Así pues, es indispensable que la innovación cumpla con tres parámetros que garanticen su establecimiento y permanencia en el tiempo:
1. La innovación se debe integrar a la cultura organizacional, hacer parte del ADN empresarial.
2. Contar con los recursos y herramientas necesarias para que su desarrollo al interior de la organización, sea consistente, repetitivo y sistemático.
3. Generar resultados tangibles, cuantificables, visibles en los procesos y productos sometidos a innovación.
Uno de los objetivos de la innovación es el aumento de ingresos operacionales de la unidad productiva. Y lógicamente se requieren recursos de todo tipo para iniciar cualquier cambio. Una opción de financiación para un proceso de I+D, innovación y desarrollo es mediante los fondos de capital.
Esta es una buena alternativa, ya que algunos de ellos no solo aportan el dinero necesario, sino que también se involucran en las necesidades particulares que tiene la empresa o el proyecto en el que invierten, bajo la premisa del ganar-ganar: gana la empresa mediante su idea innovadora y ganan los fondos de capital. La empresa crece mediante el mejoramiento de su producto o proceso y los fondos de capital ganan cuando recuperan su inversión con buenos márgenes de utilidad.
Para aumentar los márgenes operacionales de cualquier organización no es necesario volver a inventar la rueda, esta ya existe; la primera instancia para iniciar un proyecto innovador es la investigación exhaustiva respecto al producto o proceso que se quiere mejorar.
El benchmarck (o comparación con productos o procesos de competidores actuales) permite conocer los aciertos y desaciertos que se han tenido en la creación de nuevos bienes para comercializar, en la implementación de procedimientos operativos y administrativos para mejorar la eficiencia de una organización. Y con esta evaluación ajustar a las necesidades actuales de los productos o procesos internos que se consideren deben ser sometidos a un proceso de innovación. Las empresas en Colombia y Latinoamérica son un excelente caldo de cultivo para la propagación de esta cultura innovadora, el punto de partida en la carrera hacia el éxito empresarial.