Mañana, viernes 8 de diciembre, se conmemoraría el día de La Inmaculada, una costumbre católica que nos implantaron en Colombia para dizque defender el dogma papal de la inmaculada concepción de la Virgen María.
En el Tuluá de mi infancia recuerdo la reproducción de la Inmaculada de Murillo, que presidía la entrada al colegio de las madres Franciscanas, en donde estudié mi primaria. Allí, debajo de ese cuadro colgado en el marco del portón, había que pronunciar ante la madre Maximiliana la frase obligatoria de saludo: “Alabado sea Jesucristo Madre”. No recuerdo que contestaba la monja, pero en las oraciones diarias que se rezaban en la capilla, una de ellas era para pedir la protección a La Inmaculada. En otro rincón de mi pueblo, veneradas entonces y hoy casi olvidadas, estaban en el monasterio llamado de las conchitas, las monjas de clausura ,pertenecientes a la congregación de las Concepcionistas de María Inmaculada, quienes a más de vender recortes de hostia a través de un torno donde se oía la voz tenue de la madre portera, inundaban a Tuluá de imágenes de La Inmaculada en escapularios y manteletes hasta volverla popular.
Quizás en esa conjunción de factores devotos resida la explicación de las guerras que hemos vivido y parece que seguiremos viviendo en Tuluá
Tal vez por esa presencia o porque las madres franciscanas socorrían una invasión a la orilla del rio tutelar, se decidieron a fundarla como el barrio de La Inmaculada. Dicen los que todavía acuden al parque Boyacá que son oriundos de ese barrio los dirigentes de la banda organizada de La Inmaculada que hoy controla a Tuluá y que se da el lujo de enviar sus panfletos de cobro o sus comunicados de prensa en papeles donde se ve traslúcida la imagen de La Inmaculada. Cuando las épocas de El Cóndor, la devoción y protección de los pájaros de su ejército privado corría por cuenta de María Auxiliadora, patrona de los salesianos. Quizás allí, en esa conjunción de factores devotos resida la explicación de las guerras que hemos vivido y parece que seguiremos viviendo en Tuluá.
Mañana estaré firmando libros en la Librería Nacional de El Tesoro en Medellin.