Para mí es mucho más que un galán, es un superactor. Nos empezamos a enamorar de Víctor Mallarino muchos años antes de que Maluma naciera. Su papel en La tía Julia y el escribidor fue deslumbrante. Sí, hubo una época donde la televisión colombiana era mucho más que realitys y galanes de medio pelo, de pecho y abdomen tonificado. Acá se adaptaban las mejores obras de la literatura universal. Jorge Emiro Salazar fue Raskolnikov y Gustavo Angarita, Rasputín. Víctor Mallarino fue el alter ego de Mario Vargas Llosa en esa adaptación.
Perteneciente a una de las dinastías más importantes del arte en Colombia, hijo de Víctor Mallarino Botero, pionero de la televisión en Colombia y creador de la Escuela Nacional de Arte Dramático, nadie se ha preparado mejor que este monstruo. Después de estudiar Biología en la Universidad de Los Andes viajó a Londres a estudiar producción de Cine y Televisión.
Basta hablar unos segundos con Víctor Mallarino para darse cuenta de la vastedad de sus conocimientos, basta con ver La estrategia del Caracol o recordar su papel en la Baby Sister para darnos cuenta de que este galán, aparte de talentoso es cautivador. Sin embargo desde el 2011, cuando hizo de Eduardo Sanint en La traicionera, no tiene un papel protagónico en alguno de los dos canales nacionales. En lo que sí ha participado es dirigiendo, ahí estuvo en ese éxito del 2016 de RCN —tal vez el último— llamado La ley del corazón. Ahora, para verlo, nos debemos conformar con ese comercial de la vejez donde él juega tenis. Increíble, a los 62 años estamos jubilando a los galanes. Acabo de ver Erase una vez en Hollywood y Brad Pitt, a sus 55 años, tiene el protagónico de la película más taquillera de la semana en Estados Unidos. Está bien darle la oportunidad a los jóvenes solo cuando estos lo merecen pero Víctor Mallarino parece estar muy bien como para jubilarlo antes de tiempo.
¿Es que ya no hay historias sobre gente madura? ¿Es que vivimos en tal irrealidad que nuestros héroes deben tener menos de treinta años? Víctor no necesita trabajar, es un tipo organizado, sin excesos ni escándalos que ha sabido administrar muy bien lo que ha ganado, pero nosotros, señores de Caracol y RCN, necesitamos a Víctor Mallarino. Ustedes no pueden ufanarse de desecharlo, miren el rating, una producción de hace 20 años es la de mayor puntaje. Bandido honrado y otras pelotudeces no pegan porque la gente no es tonta. Las personas ya no soportan no tener estrellas reales, necesitamos estrellas de verdad, de las de antes, como Miguel Varoni, por ejemplo, que tuvo que irse a Estados Unidos para que lo valoraran. La televisión es la que necesita a Mallarino. Su talento y su belleza están intactos
