El armamento pesado que ha traspasado épocas históricas.
Vivimos días complicados, en mitad de una pandemia que cumple 2 años, y al borde de una nueva época de guerra entre superpotencias mundiales. Es durante estos momentos complejos para asimilar la razón lógica detrás de todo que sopesamos lo que implica estar informado.
Lo importante que es para el ser humano estar en contexto de su entorno a pesar de su inactividad frente a las eventualidades que se tengan a nivel de sociedad global, pero el hecho de estar consciente de que están sucediendo situaciones interesantes que rompe la rutina cotidiana de un ciudadano reconforta en cierta medida un miedo inherente del ser humano el cual es el miedo a la ignorancia, a desconocer factores que pongan en peligro su estabilidad y supervivencia.
Es en estos momentos de la historia donde la información deja de ser un derecho y se vuelve un arma, una vieja conocida que ha demostrado ser bastante eficaz, ridiculizando a los fusiles más potentes dentro de las milicias de los diversos países combatientes alrededor del mundo.
Hemos visto lo que una información sin sustento (pero bien presentada) puede causar dentro de la sociedad, por ejemplo, vimos que debido a la desinformación provocada por la comunidad temerosa en los inicios de la pandemia, los habitantes de Birmingham y Merseyside en el Reino Unido quemaron antenas de 5G debido a la teoría de que estas aceleraban los procesos de transmisión del virus.
Casos como este hay muchos alrededor del mundo, evidenciando a lo que puede escalar una mala gestión de la información (como darla, y como recibirla).
Es fácil criticar a los medios respecto a las formas como expresan las novedades, en muchas ocasiones no remarcando la diferencia entre lo que es un hecho y una idealización.
En muchas ocasiones estas narrativas creadas desde estos estudios suelen verse influenciadas por las chequeras responsables de su viabilidad en el mercado, ciertas veces pudiéndose ver hacia donde quieren llevar la información emitida, más sin embargo existe también un porcentaje dentro los públicos que en reiteradas ocasiones malentiende los contenidos llevando el caracter crítico a un punto de imaginación bastante fantástica, imaginando guerras, boicots, o conspiraciones para controlarnos al unísono de unas directrices empresariales (sí, te estoy viendo a ti Disney).
Existe una responsabilidad dentro de estos canales de difusión, la ética en los procesos de comunicación se ve vulnerada y es imperativo velar por su cumplimiento, a su vez que también es necesario trabajar desde las instituciones la lectura crítica para evitar confusiones en los discursos que cada día invaden los recovecos más escondidos del planeta.
La información es importante como eje edificador de procesos dentro de nuestra sociedad, más sin embargo esta debe pasar por ciertos controles teniendo en cuenta los contextos y los tiempos donde se vea implícita. Tiempos complicados se acercan, y es en esos momentos donde la vida y la muerte dependerán de que tanta información haya en la mesa.
