Las vacunas y el agua potable son los elementos más importantes para la prevención de enfermedades, según Stanley Plotkin, el pionero científico que participó en la creación de las vacunas contra la rubeola, el polio, la rabia, la tos ferina y el rotavirus. Lo traigo a esta columna, a propósito del evento “El valor de la vacunación en América Latina” que se acaba de celebrar en Buenos Aires, Argentina, y que coincide con la preocupación de las autoridades sanitarias en Colombia por la reaparición del sarampión por cuenta de unos casos registrados en niños venezolanos que llegaron recientemente a nuestro país.
Aunque las vacunas tienen sus detractores, lo cierto es que gracias a ellas entre dos y tres millones de personas se salvan de la muerte cada año en el mundo, pero se podría salvar millón y medio más si la gente se vacunara juiciosa, si los gobiernos hicieran más campañas y si protegieran a sus nacionales como debieran.
En el evento en mención, se revelaron cifras sobrecogedoras. Cada año reciben vacunas básicas 116 millones de niños en el mundo, pero todavía hay 19,4 millones de menores que todavía no, la mayoría en América Latina. Es más, para que se asombren, un 60 % de esos pequeños viven en tan solo diez países, en las regiones más marginadas donde los programas de vacunación son escasos por razones políticas o sociales.
Pero también cada año mueren tres millones de personas por enfermedades que pueden ser prevenidas por vacunación. Yo tuve casi todo lo de la época y aquí sigo. ¿Se acuerdan de bombillo rojo para el sarampión, o de la lana de oveja negra –que no virgen- para las paperas? En mi casa mi hermana mayor llegaba siempre con la enfermedad de turno y enseguida caíamos mi hermano y yo. Los especialistas se refieren en esa cifra tan estrepitosa a rubeola, rabia, tos ferina, rotavirus, difteria, virus del papiloma, parotiditis (paperas), neumococo, polio (que está muy controlado) e influenza.
A propósito de esta última, y si usted es de los que dice: “a mi casi nunca me da gripa, pero cuando me da me tumba”, realmente lo que le puede suceder es que en efecto termine en la tumba por cuenta de la Influenza. Es mucho más grave de lo que uno cree y suele confundirla con un resfriado común. Grave error. La doctora Patricia Cervantes, directora médica de Influenza en el laboratorio Sanofi Pasteur en Latinoamérica, asegura que “hay que comenzar por decir que la influenza mata. La mejor forma de hablar de cifras de muerte es, a propósito, con un ejemplo del mundial de fútbol Rusia 2018. En el estadio Luzhniki, donde se hará la inauguración, caben 80 mil personas. Cada año por influenza se mueren 650 mil personas, es decir, lo correspondiente a ocho inauguraciones del mundial fallecen cada año por Influenza; ¡muy impactante! Es mucho más grave de lo que la gente se imagina”.
Esta enfermedad no es un resfriado común
y mata porque afecta otros órganos diferentes
a los solo respiratorios
Cervantes enfatiza en que esta enfermedad no es un resfriado común y mata porque afecta otros órganos diferentes a los solo respiratorios; “es capaz de comprometer todo el sistema, el organismo, y eso no lo sabemos. Además, vamos al médico cuando ya hay complicaciones. La influenza es una enfermedad grave”. Agrega que tarda uno a dos días en desarrollarse, pero cuando pasa el cuadro respiratorio (moco, secreción, fiebre y malestar general) el periodo de recuperación en las siguientes dos semanas es muy lento. Se sigue con agotamiento, sin concentración y por eso pareciera larga, pero en realidad es aguda. Asevera que “en resumen: te enfermas hoy, pasan los dos primeros días de síntomas; te complicas, en el tercer o cuarto día estás hospitalizado y en cualquier momento puedes morir”, y agrega que la Influenza tiene la difícil particularidad de que no se presenta solo en el ser humano; la compartimos con otras especies -aves o cerdos-, y si a este hecho se le suman poblaciones que no están protegidas, vacunadas, pasa lo que estamos viendo ahora con esas cifras tan alarmantes.
Pero hay más información muy interesante sobre la influenza. Por ejemplo, cuando las mujeres embarazadas se vacunan contra esta enfermedad, benefician al bebé que está por llegar. El 62.8 % de los neonatos cuyas madres se vacunaron embarazadas, quedan protegidos durante los primeros seis meses de vida de los virus de influenza.
De otra parte, eso de que cuando uno se vacuna a los pocos días le da gripa, es un mito. La doctora Cervantes asegura que “lo que puede suceder es que cuando nos vacunamos, podemos estar ya infectados; como la evolución es tan rápida (uno o dos días), no le da tiempo a la vacuna que tarda de dos semanas a un mes en generar anticuerpos en nuestro organismo que nos protejan contra el virus”.
Los niños de menos de 5 años y los adultos de más de 65 deberían vacunarse
¿Quiénes se deben vacunar por ser de mayor riesgo? Los niños menores de cinco años, los adultos mayores de 65 años y quienes tienen enfermedades crónicas como la diabetes, dolencias cardiacas, hepáticas y renales. La única contraindicación para recibir la vacuna es tener fiebre.
En Colombia estamos comenzando a tener influenza en este momento. Ya iniciamos con H2N3, H1N1 y ahí vamos. Pocos casos, pero comenzamos e irá en aumento porque la casuística ha mostrado que el promedio de personas que se enferman está entre el 15 % y el 30 % del total de la población.
Antes escuchábamos con más frecuencia sobre las enfermedades y sonaba lógico vacunarse. Hoy, como no sabemos de ellas, pareciera no ser importante; pero es que las enfermedades se han ido controlando.
Vacúnese y que ninguna enfermedad prevenible impida que disfrute la vida.
¡Hasta el próximo miércoles!
