La influencia de Manuel Zapata Olivella sobre Francia Márquez

La influencia de Manuel Zapata Olivella sobre Francia Márquez

Zapata Olivella trabajó intensamente para construir una historia de las etnias y la esclavización en Colombia para liberar al pueblo afro. Francia bebió de allí

Por: Arturo Rodríguez Bobb
junio 22, 2022
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La influencia de Manuel Zapata Olivella sobre Francia Márquez
Fotos: EducaRed/Leonel Cordero

El objetivo de este artículo es proporcionar los elementos materiales de reflexión que serán especialmente útiles para todos aquellos que en la actualidad están interesados en estudiar los problemas sociales latinoamericanos y caribeños para construir una teoría histórica y social de la subjetividad y reflexionar sobre las bases de una nueva ética en la que la acción individual de los académicos y el compromiso personal no estén desvinculados de los intereses colectivos.

Como es sabido, Zapata Olivella, a lo largo de su vida de investigador científico trabajó intensamente para elaborar una historia de las etnias en Colombia, trabajo que en realidad encubría un proyecto de mayor alcance directamente vinculado con el proyecto de construir una historia de la subjetividad de las etnias.

Se trataba de rastrear más allá de las huellas de la esclavización respecto a las etnias negra e india, las figuras históricas que en Occidente vincularon a la ignorancia, a la arbitrariedad. Estas figuras se vieron desplazadas, recubiertas, encubiertas y negadas por las racionalizaciones de los intelectuales europeos cuando el autoritarismo de la “razón” occidental fue impuesta. Impuso una determinada “verdad” sobre el sujeto negro e indio en América Latina y el Caribe.

Este titánico proyecto intelectual resulta incomprensible si no se tiene en cuenta que toda la obra de Manuel Zapata Olivella gira en torno a un compromiso apasionado y racional en defensa de la libertad. Es el problema de la desigualdad social el que en realidad atraviesa sus primeros trabajos destinados a desvelar la estructura profunda de las relaciones entre las razas en Colombia a partir del siglo XX hasta nuestros días. El resultado es una obra gigante sobre nosotros mismos1.

Se podrían englobar todos esos análisis olivellianos-zapatianos bajo la rúbrica de historia de las ciencias humanas sobre las diferentes etnias en Colombia. Ese trabajo gigante de Manuel Zapata Olivella, propio del científico social comprometido, es destinado a construir una ontología histórica de nosotros mismos (de la afrodescendencia) en relación al campo de poder a través del cual nos constituimos en sujetos que actúan sobre los otros (los Mismos). Changó, el Gran Putas y Chambacú corral de negros son quizás los más claros exponentes del intento de Manuel Zapata Olivella de tematizar desde esta perspectiva de la novelística testimonial las relaciones de poder en Colombia.

El problema de la libertad o de la justicia concierne a lo que somos, a lo que hacemos y a cómo nos percibimos. Tiene que ver directamente con nuestros comportamientos y sentimientos, lo que explica que Manuel Zapata Olivella haya centrado sus esfuerzos a lo largo de su vida en elaborar desde el ángulo de la literatura o de la ensayística una ontología histórica de nosotros mismos (las etnias en Colombia) en relación a la ética y a la justicia a través de la cual los diferentes sujetos étnicos nos constituyamos en agentes morales.

El contenido que estructura este texto, entra en este proyecto más propiamente consagrado al análisis de la desigualdad social al que el antropólogo colombiano dedicó un especial esfuerzo intelectual.

De este modo, uno se pregunta, ¿en qué puede consistir la ética de una o un intelectual? La función de un intelectual, no consiste en decir a los demás lo que hay que hacer. ¿Con qué derecho las y los intelectuales podrían hacer esto? Basta con recordar todas las promesas, exhortaciones y programas que los intelectuales colombianos, latinoamericanos y caribeños han llegado a formular desde el siglo XVIII hasta el siglo XXI, cuyos efectos adversos aún conocemos.

El trabajo de una o un intelectual no consiste en modelar la voluntad política de las personas, sino más bien en cuestionar, a través de los análisis que lleva a cabo en terrenos que le son propios, las evidencias y los postulados, en combatir tendencias injustas, las formas de actuar y de pensar; en disipar las concepciones sobre las desigualdades admitidas como “naturales”, en retomar la medida de las reglas y de las instituciones y a partir de esta reproblematización, en la que desarrolla su oficio específico de intelectual, participar en la formación de una voluntad política en la que tiene la posibilidad de desempeñar su papel de ciudadana o ciudadano.

¿Era necesario para Manuel Zapata Olivella recomponer las relaciones de las diferentes razas en Colombia para fundamentar una nueva ética respecto a los afrodescendientes y los indígenas?

Trató de responder algunos de estos interrogantes en sus obras literarias y en sus ensayos por ejemplo en Chambacú, corral de negros: Dibuja la “normalidad” diaria, junto con las instituciones y los poderes que les son anejos, fueron sistemáticamente cuestionados por Zapata Olivella desde el derecho a la igualdad de oportunidad de los afrodescendientes frente a los llamados “blancos” y por tanto, la necesidad de pensar de otro modo la diferencia racial.

Chambacú, corral de negros se inscribe en un marco de crítica de lo establecido -y por tanto de crítica del pensamiento establecido respecto a la pobreza “natural” y a la “incapacidad de las personas de piel negra para racionalizar”-.

Chambacú, corral de negros, encuentra su razón de ser en un compromiso por la verdad y por la libertad ya que es en la violencia instituida en donde se fragua a la vez el sometimiento de muchos seres humanos de piel negra en Colombia.

¿No está inscrita Chambacú, corral de negros en esa realidad de la violencia, de los valores morales y en unas relaciones de poder que tienden a oprimir y a negar las prácticas de la justicia y de la libertad?

Resumiendo: ¿Existe alguna relación entre el postcolonialismo, y las formas históricas que han adoptado en Colombia o en otros países de América Latina y el Caribe los poderes, los saberes, y los modos de subjetivación?

El colonialismo en América Latina, el Caribe y, específicamente en Colombia, llevó a su paroxismo el juego entre el derecho soberano de matar y los mecanismos de biopoder. Pero este juego está inscrito hoy día, efectivamente en el funcionamiento de todos los Estados modernos latinoamericanos y caribeños; todos están marcados así mismo como su funcionamiento, desde luego, por la exclusión racial.

La liberación del ser social en Colombia no puede venir por tanto del ataque a uno u otro de estos efectos, sino del ataque a las raíces mismas de la racionalidad política excluyente, perversa, corrupta y amoral.

Para Manuel Zapata Olivella, el gran reto del siglo XXI es desterrar del Estado colombiano las huellas de la esclavización aún presente, por lo que es preciso que cuestionemos la política y la moral perversa dominantes.

Ellos exigen a la vez un trabajo de reflexión que archive y sustituya las raíces de las racionalidades racistas que están operando en los académicos blancos, mestizos, afrodescendientes confundidos y en el campo social.

Y, un trabajo por parte de las y los afrodescendientes de las formas de subjetivación que hemos heredado y que nos han sido impuestas. La crítica sobre nosotros mismos -los ciudadanos colombianos- debe ser entendida no como un ejercicio teórico más, sino como una actitud, un ethos, una actitud social en la que la crítica de los que somos afrodescendientes sea al mismo tiempo análisis histórico de los límites que se nos imponen, y experimentación de la posibilidad de transgredirlos.

Se podría decir, para concluir, que el problema a la vez político, económico, ético, social, y filosófico que se nos plantea hoy a las personas descendientes de africanos en Colombia, América Latina y el Caribe, no consiste tanto en intentar liberarnos de la razón del Estado y de sus instituciones que nos excluyen, sino liberarnos a nosotros mismos del tipo de exclusión que aquel Estado conlleva. Hemos de promover nuevas formas de subjetividad que se enfrenten y se opongan a la exclusión social y racial que nos han sido impuestas durante muchos siglos.

Vea el video de la charla aquí: 

1 Los latinos-caribeños: negros, indios, blancos y sus descendientes híbridos.

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