La canciller María Ángela Holguín ha expresado dos posiciones preocupantes con relación al proceso de paz: “la comunidad internacional no entiende cómo es posible que haya colombianos que no quieren la paz” y “ganó el No porque los colombianos no saben perdonar”.
Si la comunidad internacional tiene esa percepción es porque ese fue el mensaje que ella misma les transmitió. El país está polarizado porque la posición que el Gobierno tomó fue “están conmigo o están contra mí”, dicho de otra manera, “los que voten Sí, quieren la paz… y los que voten No, quieren la guerra”. Que discurso tan infantil. Si en un hogar un padre quiere que la familia salga de vacaciones pero el otro dice que mejor no, ¿la conclusión es que un padre sí es buena gente y quiere lo mejor para sus hijos mientras que el otro es mala gente y aburrido?
No, canciller. Hay muchos otros factores que el otro padre está mirando que el primero de pronto no tuvo en cuenta: que no hay suficientes ahorros y se puede afectar la economía del hogar o que un familiar está muy enfermo y es mejor quedarse acompañándolo o que los hijos perdieron materias y las deben reponer…en fin. Así que, si para unas vacaciones los elementos a tener en cuenta son muchos, dejemos el discurso simplista y superficial de “los que quiere” y “los que no quieren”. Acá todos queremos, otra cosa cómo.
Ahora pasemos al perdón, ya que usted lo menciona. Si lo único que exigen las Farc es perdón… Listo, perdonadas. Pero eso no es todo, ¿cierto? No. Las Farc le fue infiel al país. Como toda pareja infiel tendrá sus razones, excusas, disculpas… en fin, válidas o no, pero le fue infiel. Lo que pasa es que ellos no quieren solamente ser excusados, también quieren dinero, tierra, puestos en el Congreso, prebendas, protección, cambiar la Constitución, tener injerencia en decisiones, trabajo, garantías…en fin, y todo esto sin ellos poner un centavo.
Si lo único que exigen las Farc es perdón…
Listo, perdonadas
Respetada canciller, si su marido le es infiel durante más de 50 años, con innumerables mujeres, robándole su dinero, abusando de sus hijos, irrespetando a sus suegros, consumiendo droga y generando temor en el hogar, ¿usted lo perdona? Seguro que sí porque usted se ve una buena persona. Ahora bien, si él le dice que no es sólo perdón sino que además quiere convivir nuevamente juntos, dormir con usted, cuidar y educar a los niños, que lo alimenten en la casa, que le ponga un conductor, que usted le consiga trabajo, que quiere cambiar la decoración que usted misma compró porque no le gusta, que quiere tener injerencia sobre las decisiones de su vida…en fin, ¿usted qué le dice?
Seguro le diría algo como, “bueno mi amor, te perdono, reconozco que seguramente yo cometí algunos errores, y con gusto te voy a ayudar a conseguir trabajo y te defiendo ante lo que puedan decir mis padres y el resto de mi familia, pero las demás cosas como dormir juntos, que volvamos a hacer el amor, que opines sobre mi vida y las demás cosas…mmm…creo que no”.
Pues eso fue precisamente lo que el país le dijo a las Farc: “los perdono, pero todo eso que me pides…No.” Si lo único que quieren las Farc es perdón, de una, ¿dónde firmamos todos?