En sus cuentas sociales Jeff Bezos intentó apaciguar el incendio que lo rodeaba después de anunciar su separación con MacKensie, su esposa desde hace 25 años. Los mensajes no podían ser más conciliadores: todo indicaba que la relación se había apagado sin mayores contratiempos y que el respeto prevalecía: "Tuvimos una gran vida juntos como matrimonio (…) Y, a pesar de las etiquetas, seguimos siendo familia y queridos amigos".
Sin embargo, la separación, que le costará a Jeff Bezos seguramente dejar de ser el hombre más rico del mundo, no fue tan civilizada. El dueño de Amazon decidió acabar su matrimonio por un affaire con la presentadora, ganadora del premio Emmy, Lauren Sánchez Whitesell. De padre mexicano, Lorena, nacida en Albuquerque, Nuevo México, tiene 49 años y habría conocido a Jeff Bezos al haberlo entrevistado continuamente desde el 2011 en su programa Good Morning California. Después se hizo amiga del matrimonio Bezos. Es que Lauren Sánchez también estaba casada con el representante de artistas Patrick Whitesell. Sin embargo, la chispa que encendió todo fue después de unos Premios Oscar, en una de las fiestas que se realizan después del evento en una mansión en Beverly Hills. Mckensie tardó siete años en descubrirlo.
Según el National Enquirer, la revista de chismes más popular de Estados Unidos, ella descubrió que el nombre de Lauren Sánchez se repetía incesantemente en los registros de vuelo del jet privado de Bezos. No sólo fue esto. Del celular del creador de Bezos MacKensie encontró selfies que él mismo había sacado desnudo en poses que ni siquiera el medio más amarillista de Estados Unidos fue capaz de publicar.
Lo que sí hicieron públicos fueron los ardientes mensajes que Bezos le enviaba a su amante, filtrados al medio probablemente por la propia MacKensie: "Quiero olerte, quiero inhalarte. Quiero abrazarte fuerte… Quiero besarte los labios… Te quiero. Estoy enamorado de ti". Ahí no paraban los mensajes, el erotismo subía niveles insospechados: "Te extraño. Quiero besarte ahora mismo y penetrarte lenta y suavemente. Y tal vez por la mañana te despierte y no sea tan amable contigo". Y luego volvía al romanticismo absoluto: "Te amo. Muy pronto te mostraré mi cuerpo, mis labios y mis ojos" complementado con: "Tu energía e ideas, tu competencia y ESPÍRITU me encienden. Me haces ser mejor. Estás destinada para mí. Estoy tan lleno de amor por ti. Mi corazón está creciendo solo para que pueda tener espacio para ti. Es más grande de lo que nunca ha sido y todavía se está hinchando". Y además no le faltó la promesa –que al parecer va a cumplir- de una vida juntos: "¿Sabes lo que quiero? Quiero emborracharme un poco contigo esta noche. No de caerme. Solo un poco borracho. Quiero hablar contigo y planear cosas contigo. Escucharte y reírnos… Básicamente ¡¡¡QUIERO ESTAR contigo!!! Luego quiero quedarme dormido contigo y levantarme mañana y leer el periódico contigo y tomar un café contigo".
Ahora, con la evidencia de la infidelidad, Jeff Bezos perderá buena parte de los 146 mil millones de dólares que tiene su fortuna.