Que quede bien claro: a Dilan Cruz lo mató un agente del Esmad, que disparó directo a su cabeza. Todo parece indicar que usaron munición no convencional, las populares recalzadas, que son las cápsulas de los gases lacrimógenos que son usados nuevamente pero rellenados con balines y envueltos en tela, la misma que se veía incrustada en la cabeza de Dilan.
El uribismo es tan infame que decidió culpar a Gustavo Petro por la muerte de Dilan, lo señalan a él como el asesino que lo incentivó a salir a protestar. Claro que Petro incentiva a salir a protestar, porque es un derecho que tenemos todos. Así como Uribe los incentivó para salir en junio en contra de las altas cortes.
Eso sí es atacar la institucionalidad, la democracia, pero para ellos era legítimo porque su jefe supremo, al que siguen como corderos, está siendo investigado por torcer testigos que lo señalan de paramilitar.
Dilan Cruz no atacó al Esmad, se defendió después de que le lanzaran un gas lacrimógeno, lo devolvió y huyó, pero el agente le disparó con sevicia, lo vio correr, apuntó y le dio en toda la cabeza. Quería matarlo. Petro no mató a nadie, nunca supimos si Dilan era seguidor de él, si apoyaba su política, pero lo que sí sabemos es que estaba en contra de este gobierno que ha demostrado que no tiene escrúpulos para asesinar a la gente, a su pueblo.
