No hay nada más injusto e ineficiente que enviar a jóvenes sin ningún tipo de preparación o vocación alguna a presentar el "servicio militar obligatorio". Dicho "servicio" es totalmente inútil en un momento histórico en el que Colombia necesita profesionales militares con vocación y altamente preparados para desafiar los remanentes de la violencia y consolidar la anhelada paz. Eso no se va a lograr si seguimos pensando que la consolidación de la paz se gana con una gran cantidad de efectivos malos y no con mejorar la calidad de los que son profesionales.
Piensen en esto, los principales golpes y bajas que se han dado a las estructuras del Clan del Golfo y del ELN han sido dados por militares altamente entrenados y con vocación. Resulta entonces inútil costear la manutención de personas que en contra de su voluntad deben someterse durante un año a las órdenes (que en muchos casos pueden ser arbitrarias) de un coronel o teniente. Ese costo monetario de mantener personas en contra de su voluntad en una institución de guerra puede ser más bien utilizado en mejorar los equipos y habilidades de los soldados profesionales del país, ¿no sería esto mejor en términos de resultados?
Por otro lado, es importante considerar también el costo en el que incurre la sociedad al impedir que estos hombres que prestan el servicio militar se vinculen al mercado laboral. Este es capital humano que en vez de dedicarse a actividades productivas, se está dedicando a actividades que en la mayoría de los casos no generarán ningún tipo de valor agregado. Por ejemplo, un hombre que tras terminar sus estudios decida crear una empresa, no lo podrá hacer porque deberá gastar un año de su vida en la guerra, algo para lo cual no está nada preparado y cuya labor será absolutamente ineficiente.
Finalmente, respecto al tema del empleo, el servicio militar sigue siendo una barrera enorme para mejorar la inserción laboral de los jóvenes en el país y en consecuencia el desarrollo económico, pues aunque la ley ya no estipula que las empresas exijan la libreta militar para contratar personal, muchas de estas aún lo hacen. Por otro lado, la ley actualmente sí prohíbe cualquier vinculación laboral de los remisos con el sector público, lo cual les excluye de una gran gama de oportunidades laborales y disminuye la oferta de talento que las entidades públicas pueden disponer, algo realmente lamentable cuando lo que necesitamos es servidores públicos preparados y con vocación.