Las incoherencias y contradicciones de la candidata a la Alcaldía de Bogotá no parecen encontrar límites: aunque López y Mockus aparecen como aliados de toda la vida, hubo un momento en donde la candidata vaticinaba en Twitter el fin de la carrera política del exalcalde usando términos bastante despectivos.
Una semana antes de las elecciones, la campaña de Claudia López dio un vuelco total en su imagen: pasó de mostrar la imagen de una mujer independiente a utilizar la imagen del “que diga Mockus”. Desde el domingo 20 de octubre la imagen oficial de la campaña es una foto de la candidata abrazando a Mockus, lo que supone un extraño e inédito guiño electoral.
Ese esfuerzo electoral de último momento vino precedido por una limpieza en las redes sociales de la candidata: al parecer se buscó y eliminó cada una de las publicaciones que pudiese comprometer esa nueva imagen que pretende vender la campaña de Claudia López.
Uno de esos trinos peligrosos escapó milagrosamente a la limpieza gracias a Google: si se buscan las palabras “lagarteándose” y “Mockus” aparecen algunos resultados que enlazan a un trino de 2014 donde la candidata se despacha contra Mockus.
Como los trinos de la cuenta fueron borrados hace pocos días permanece una imagen residual en la llamada caché de Google que se guarda durante algunas semanas: ese “fantasma” permitirá durante algunos días tener acceso a las cambiantes opiniones de la candidata sobre su nuevo aliado.
Al parecer Claudia López no solo se equivocó vaticinando en mayo de 2014 el fin de la carrera política de Mockus sino que también se equivocó pensando que era una mujer independiente. Ahora en su campaña a la alcaldía tiene que acudir a solicitar una ayuda (que su campaña considera clave) de un hombre al que se refería hace pocos años en términos poco halagadores.
Para sus seguidores más fervientes es un negocio usual pero para el potencial electoral que pretende conquistar esta podría ser una señal negativa sobre lo que será un gobierno de López en Bogotá: un gobierno repleto de incoherencias donde como bien se puede decir una cosa (con vehemencia) después se dice otra (sin la más mínima explicación).