En Chivor, uno de los municipios esmeraldíferos más importantes del país, levantado en medio de verdosas montañas boyacenses, se esconde uno de los tesoros ocultos más impresionantes del país, un secreto que pocos han descubierto: la Cascada La 70.
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La Cascada La 70 es una caída de agua cristalina con una imponente altura de unos 150 metros, la cual se desploma con una fuerza serena, creando ante los ojos de los visitantes un espectáculo sin precedentes que encanta a todo aquel que tiene el privilegio de visitarla.
Para llegar a este mágico paraíso desde Bogotá, se empieza tomando la carretera que va hacia Tunja, la capital del Boyacá, pero unos kilómetros más adelante del puente de la represa del Sisga no sigue por la principal, sino toma el desvío a la derecha, rumbo a Machetá.
Al avanzar, el camino lo lleva por Guateque, y es aquí donde el viaje se torna mágico. Catorce túneles en piedra se atraviesan. Cada uno tiene su propia identidad. El más enigmático, según los viajeros, es el Túnel El Polvorín. Es oscuro y rústico. Al final del trayecto el sonido de la cascada se escucha como el susurro de la tierra.
Al salir de este último túnel, la naturaleza está ahí y la Cascada La 70 se muestra en todo su esplendor. Una cortina líquida que cae formando en su base un pozo natural donde el agua refleja el cielo y la sombra de los árboles que la rodean.
El acceso a la cascada es sencillo y completamente gratuito. Un lujo en tiempos donde la naturaleza parece tener precio y todos quieren apropiarse de ella.
El sendero que conduce a la cascada es también encantador. Cada paso entre la vegetación es un encuentro con lo más íntimo del planeta. El canto de las aves y el murmullo del agua se unen en una sinfonía encantadora.
Para quienes deseen prolongar el tiempo en la región, en los municipios vecinos de Macanal, Santa María y el propio Chivor hay hoteles sencillos, acogedores y hospitalarios, donde la amabilidad de los boyacenses está presente.
La Cascada La 70 no solo es un destino maravilloso; es un viaje al corazón de Boyacá, un departamento de por sí alucinante. La Cascada La 70 es una oportunidad para reconectar con la naturaleza en su estado más puro. Es un lugar que se vuelve sagrado, donde el susurro del agua es transportador a tiempos lejanos que solo existen en rincones escondidos de Colombia como este.
