En el mundo de los negocios, la comunicación efectiva es esencial para el éxito. Sin embargo, a menudo subestimamos el poder del lenguaje corporal, que constituye una parte significativa de cómo nos comunicamos. Estudios recientes indican que más del 90 % de la comunicación humana es no verbal, lo que resalta la importancia de este aspecto para los líderes corporativos.
El concepto de que gran parte de nuestra comunicación es no verbal fue popularizado por el especialista en lenguaje corporal Albert Mehrabian. Su teoría 7-38-55 sugiere que el 7% de la comunicación se basa en las palabras, el 38 % en el tono de voz y un sorprendente 55 % en el lenguaje corporal. Aunque este principio puede no aplicarse en todos los contextos, subraya la importancia de cómo decimos las cosas más que lo que decimos.
Como líderes, es crucial dominar el lenguaje corporal para establecer un tono positivo en el entorno laboral. Karen Lorena Piñeros, cofundadora de Black, agencia de comunicaciones y manejo de crisis, comenta: "Una presencia física fuerte y una comunicación no verbal coherente con nuestros objetivos y mensajes verbales pueden fortalecer nuestra imagen y credibilidad". Esta habilidad no solo mejora la percepción de confianza y autoridad, sino que también facilita la creación de relaciones sólidas y duraderas.
A continuación, se presentan seis formas detalladas en las que el lenguaje corporal puede mejorar el liderazgo:
Controla tus expresiones faciales
Nuestras caras pueden expresar una amplia gama de emociones, y estos gestos sutiles a menudo hablan más fuerte que las palabras. Un ceño fruncido, una sonrisa burlona o un arqueo de cejas pueden transmitir desdén, sarcasmo o incredulidad, incluso si nuestras palabras son neutrales. Como líder, es vital ser consciente de estos gestos y usarlos de manera constructiva. Por ejemplo, una sonrisa genuina puede aliviar tensiones y crear un ambiente de confianza y apertura. Además, mantener una expresión calmada y neutral durante situaciones difíciles puede ayudar a desescalar conflictos y mantener la moral del equipo.
Mantén el contacto visual
El contacto visual constante muestra que estamos plenamente presentes y comprometidos en la conversación. Esto no solo demuestra respeto hacia la persona con la que estamos hablando, sino que también nos ayuda a establecer una conexión más profunda y significativa. Evitar el contacto visual puede ser interpretado como desinterés, falta de confianza o incluso deshonestidad. Sin embargo, es importante encontrar un equilibrio; un contacto visual excesivo puede resultar intimidante. En lugar de eso, procura mantener el contacto visual durante unos segundos y luego desviar la mirada brevemente antes de volver a conectar. Esto muestra interés sin abrumar a la otra persona.
Usa gestos abiertos
Mantener los brazos abiertos y usar las manos para enfatizar puntos durante una conversación puede transmitir apertura, accesibilidad y entusiasmo. Los gestos cerrados, como cruzar los brazos, pueden interpretarse como señales de defensa o rechazo. Al adoptar una postura abierta y relajada, podemos demostrar que estamos receptivos a las ideas y opiniones de los demás, lo que fomenta un ambiente de colaboración y confianza. Además, gestos como asentir con la cabeza pueden mostrar que estamos escuchando activamente y que valoramos la aportación del otro.
Demuestra escucha activa
No se trata solo de oír las palabras del otro, sino de demostrar que realmente entendemos y valoramos lo que están diciendo. La escucha activa puede incluir técnicas como parafrasear lo que el otro ha dicho para confirmar nuestra comprensión, hacer preguntas clarificadoras y mostrar empatía a través de nuestro lenguaje corporal. Inclinarse ligeramente hacia adelante, asentir ocasionalmente y mantener un contacto visual adecuado son señales de que estamos plenamente comprometidos en la conversación. Este tipo de escucha no solo ayuda a construir relaciones más fuertes, sino que también puede revelar problemas subyacentes o preocupaciones que de otro modo podrían pasar desapercibidos.
Cuida tu postura
Una postura erguida y firme transmite confianza, autoridad y seguridad. Evitar encorvarse, caminar con la cabeza gacha o arrastrar los pies es crucial para proyectar una imagen de liderazgo fuerte. Además, mantener una postura abierta y expansiva puede afectar positivamente cómo nos sentimos internamente. Investigaciones han demostrado que adoptar una postura de poder puede aumentar la sensación de confianza y reducir el estrés, lo que nos permite manejar situaciones desafiantes con mayor eficacia. Al caminar, mantener los hombros hacia atrás y la cabeza en alto no solo mejora nuestra apariencia física, sino que también comunica a los demás que estamos seguros y listos para enfrentar cualquier desafío.
Aprovecha el espacio personal
El uso del espacio personal puede influir significativamente en cómo se percibe a un líder. Al acercarse demasiado, uno puede parecer invasivo o agresivo; mantenerse demasiado alejado puede dar la impresión de desinterés o falta de confianza. Como líder, es esencial encontrar el equilibrio adecuado. Durante una conversación, mantener una distancia cómoda que permita la comunicación efectiva sin invadir el espacio personal del otro puede mejorar la percepción de accesibilidad y respeto. Además, moverse con confianza en un espacio, ocupar el centro de la sala durante presentaciones o reuniones, y evitar esconderse detrás de barreras físicas, como mesas o escritorios, puede proyectar autoridad y liderazgo.
El lenguaje corporal es una herramienta poderosa que, bien utilizada, puede transformar la efectividad de un líder. Desde controlar las expresiones faciales hasta mantener una postura firme, cada aspecto de la comunicación no verbal contribuye a la percepción de un líder como confiable y autoritario. Al invertir en el desarrollo de estas habilidades, los líderes pueden amplificar su influencia y generar un impacto positivo duradero en sus organizaciones. Como concluye Piñeros, "es una inversión que sin duda se verá reflejada en resultados tangibles".