Tenemos un problema ético en el periodismo colombiano. Se nota a veces las ganas del click, de quedar bien con el patrón de turno, el desprecio a la información, a la honestidad. Es difícil romper este tipo de esquemas y seguir siendo grande. Ver a Vanessa en los Noticieros de Caracol era una bocanada de aire fresco en medio de la frivolidad que domina el periodismo de televisión colombiano. Perdió Caracol Noticias, perdimos todos. Ganó la radio. Ganó Caracol Radio.
Tendrá que tenerse Julio Sánchez Cristo porque vienen remando de atrás, y de qué manera, 6AM. Gustavo Gómez Córdoba ha encontrado su dupla, su contrapunteo con Vanessa. Así como se las canta al uribismo puede expresar, sin pelos en la lengua, la molestia que le causó la columna contra Luis Carlos Sarmiento Angulo de Margarita Rosa en El Tiempo. Ojo, no es fácil ponerse en contra de las hordas de Twitter. Margarita Rosa es un tesoro nacional que es cuidado como tal. El reproche de Vanessa fue durísimo contra la actriz ya que, prácticamente le dice que fue su espacio en El Tiempo la que le permitió dejar de ser considerada una diva para ser tratada como una intelectual cuya opinión tiene un peso específico en el acontecer nacional.
Si, ahora le están dando con todo a Vanessa de la Torre, pero no podrán decir de ella los petristas más acérrimos que le hace la tarea al gobierno. Desde Caracol Noticias mostró su lado rebelde y con Gustavo Gómez Córdoba y su espacio radial tiene aún más libertad para decir lo que quiera. Y eso es lo que necesitamos de la señora de la Torre, que llame al pan, pan, al vino, vino. Necesitamos posiciones claras y una constante crítica a los medios. Basta ya de esa alcahuetería intolerable que había hace algunos años, que entre los mismos medios se tapaban su indecencia, su mediocridad.
Vanessa es el látigo que azota más duro.