Actualmente el mercado colombiano no cuenta con una ley que regule la clase de vehículos que prestan el servicio de transporte público. Y esto es visto con una especial preocupación por la poca seguridad que ofrecen los mal llamados “zapaticos”, vehículos que en su gran mayoría son fabricados en países como Corea, Colombia, India o China. En estos lugares los vehículos se fabrican con distintos estándares de calidad, terminados y seguridad, siendo este último apartado el más importante para tener en cuenta, especialmente cuando estos cumplen la función de transportar pasajeros de manera constante.
Uno de los vehículos que más se vende en Colombia --como particular y para el transporte público-- es el Chevrolet Spark, el cual fue testeado hace ya dos años por la entidad LATIN NCAP encargada de probar y promover la seguridad de los vehículos en América latina.
Dicha entidad concluyo que:
El Chevrolet Spark (sin airbags) obtuvo cero estrellas para la protección del ocupante adulto y dos estrellas para la protección del ocupante niño. Como resultado de este ensayo, las cabezas de los dummies del conductor y acompañante fueron coloreadas con rojo, lo que significa que la protección ofrecida fue pobre y que da como resultado resultando una alta probabilidad de que cualquiera de los dos pueda sufrir lesiones de riesgo de vida. La falta de airbags en el Spark combinada con una carrocería inestable provoca serios inconvenientes. Es decepcionante que Chevrolet no esté dispuesto a por lo menos seguir el ejemplo de FIAT y detener la producción de este modelo sin airbags para América Latina.
Ante el llamado de atención por parte de LATIN NCAP a la Compañía GM para que se saque de produccion dicho modelo, la respuesta por parte de María Barra presidenta ejecutiva de dicha compañía a nivel mundial fue la siguiente:
“Constantemente buscamos que nuestros autos sean más seguros en todos los aspectos. En muchos de estos lugares, la tecnología está disponible y es una decisión del consumidor si la quieren incorporar. En muchos casos estamos muy por encima de los estándares, pero también tenemos que prestar atención a la accesibilidad del producto. De lo contrario, cortaríamos al público la posibilidad de acceder a un vehículo. Tenemos que respetar a todos los gobiernos. Hay enormes variaciones incluso en mercados desarrollados, que implican costos”. Las palabras de Barra generaron indignación y rechazo por parte de LATIN NCAP y de otras organizaciones encargadas de vigilar y promover la seguridad de los vehículos.
La reciente declaración del director técnico de GlobalNCAP, Alejandro Furas, señaló que:
“Setenta ministros de 110 países acordaron recientemente en Brasilia una declaración haciendo una llamada para que los airbags y otras tecnologías que salvan vidas estén disponibles en los vehículos para todos los consumidores de todos los países del mundo. ¿Por qué GM no piensa de la misma manera que las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud?”.
Chevrolet es junto a la empresa francesa Renault y Chery la que peor calificación tiene en las pruebas de choque realizadas por LATIN NCAP. Sin embargo, es importante mencionar que Renault atendió el llamado de dicha entidad para que equipara desde su modelo estándar --el Clío, que también se oferta como taxi-- los dos airbags debido a que este modelo tenía una calificación de 0 estrellas en seguridad. Tanto Renault, como Hyundai y Kia son líderes en el mercado en ventas de vehículos de servicio público y particular, contando con cerca del 57% del mercado, y sus modelos Picanto (Kia), I10 (Hyundai), Spark (Chevrolet), tiene cero estrellas en seguridad en relación a los que se comercializan en Colombia. Todo lo contrario existe en los modelos ofrecidos en Europa que, por lo visto, para estas compañías tiene más valor la vida de un ciudadano europeo que un colombiano.
Esta situación --que resulta preocupante de cara a las personas que utilizan estos medios para su transporte diario-- sigue siendo responsabilidad tanto de los clientes de estas empresas como del gobierno y de los mismos fabricantes, ya que el costo promedio de un Airbag según LATIN NCAP es de solo $150 dólares. Pero ante la ignorancia de la importancia de dicho dispositivo por parte de los clientes, las comercializadoras optan por ofrecer equipamientos opcionales que son completamente irrelevantes, como radios con pantalla, rines de lujo, entre otros.
Y es que se estima que la seguridad de los vehículos en América Latina tiene un atraso de más de 20 años frente a Estados Unidos o Europa, países donde los vehículos de transporte público deben cumplir ciertas normas para prestar dicho servicio, ya que no cualquier vehículo se puede homologar como taxi, cosa que ocurre en Colombia, donde para completar el nivel de inseguridad, se le instala en el baúl un cilindro de gas para disminuir su consumo, sin tenerse en cuenta las consecuencias que esto tendría en caso de una colisión contra este vehículo. Ojalá los clientes y usuarios reclamen al gobierno y las comercializadoras, vehículos más seguros por el bienestar de todos.