El 20 de febrero, en la Galería Durban Segnini en Miami, comenzará la bella exposición cuyo título es Elogio de la sombra de Fernando de Szyszlo.
Sol negro
En este momento, al artista lo acompaña la idea de la muerte como una impertinencia según lo escribió James Joyce en Ulises. Por eso mucha de su obra comienza con la pregunta, ¿Qué arco es este negro arco iris? Porque nos invade la tristeza desolada con la que comienza la tragedia de un poema quechua ante la muerte traicionada de Atahualpa. Frase que es el comienzo de su utopía pictórica.
En la obra de Szyszlo, el pensamiento surrealista es un fondo del principio de la modernidad —léase libertad—. En este recorrido mundo podemos expandir las líneas de pensamiento: una que ha estado siempre expuesta a la cruda verdad del ser exclusivamente racional —además porque todo lo convierte en presente continuo y donde para el ser agnóstico tiene todo sentido. Y, en el otro lado la enfermedad de la melancolía donde se perdió el camino precolombino que buscaba la identidad. A la identidad peruana que encontró en sus mágicos y sabios símbolos donde queda latente la duda metódica de sus significados.
Fernando de Szyszlo es un clásico de la modernidad. Pintar para él es descubrirle al sueño la tragedia de su drama. El poema quechua que escribió el poeta Fernando Vallejo o, en la sociedad que desmenuzó en su narrativa Vargas Llosa.
Mar de Lurim
También nos interesa la historia precolombina con el orgullo inca o con la arrogancia de los mayas donde importa el paisaje simbólico. En un allá donde ocurren los acontecimientos de una tierra fértil pero inhóspita. Incongruencia que conjuga en el mundo complejo para el hombre donde, como siempre, la memoria es un elemento indispensable para la vida misma. Recordar los caminos, verbalizar los sentimientos, alumbrar los rincones, amar los verbos de la vida en el pasado, el presente y el futuro.
En esta muestra se reúnen varias circunstancias: la vida y sus caminos. La identidad y sus formas. El contenido y sus credos. Lo mítico simbólico que lo une a los caminos peruanos: el de Cajamarca o el mar de Lurín le permiten introducir la curva en un esquema sagrado de lo lineal los paisajes arquitectónicos algunas veces cierran las historias en momentos de poesía a lugares donde la entrada no tiene salida o, la ventana se encuentra el contraluz como argumento en su obra de colores graves.
La gloria de la pintura abstracta se resume en su espíritu artístico. En una sumatoria de gestos, en un encuentro más simbólico y en el manejo de una materia libre de la representación. Se trata de querer transmitir el mensaje sublime de la obra de arte consagrada. Todo es cuestión de honor por un camino recorrido por otros. Bataille, el filósofo francés afirmó que es la pulsión de lo erótico que existe en su pintura. Baudelaire, por su lado, se refiere al amor al arte que habla sobre lo moderno. Lo poetas malditos por su vocación por la poesía, a la poesía quechua traducida por Arguedas, el alma inca de halcón triste de Vallejo.
Paisaje
Fernando de Szyszlo es uno de los pioneros latinoamericanos en descubrir y estudiar con fascinación el arte precolombino e investigar sobre la sabiduría de la geometría americana que, es parte esencial de su vocabulario artístico del mundo, En su obra, el hombre y el cosmos se unen en un misterioso mundo donde lo sagrado lo conjuga el verbo ser hombre sin dios; mientras pinta noches estrelladas, mesas rituales, piedras (Intis) donde los incas amarraban el sol o, recámaras claustrofóbicas.