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No sólo en Santa Marta, también en otros lugares de Colombia, la mayoría de las personas se dedican al trabajo informal, ventas ambulantes de fritos, tamales, sopa, arroz preparado, minutos a celular, dulces en los buses, ropa, calzado, frutas, verduras, mantenimiento y reparación de celulares, el 'rebusque', el día a día.
Hay quienes todas las mañanas salen a pedir dinero, ropa y comida. En Santa Marta, muy poca gente tiene un empleo con todas las prestaciones sociales.
Tener empleo es un auténtico privilegio. No pocas veces se obtiene un trabajo por recomendación política, por un amigo, conocido o familiar. Aquí en Santa Marta no hay grandes industrias. No hay grandes fábricas. A la gente le toca inventar su propia fuente de ingresos ecónomicos para poder sobrevivir. En Colombia, el distanciamiento social entre los más ricos y los más pobres es una verdad de a puños y creciente.
El Estado colombiano no les garantiza a los pobres el derecho fundamental al trabajo; y cuando ellos se inventan maneras informales de trabajar aparecen el Estado y sus operadores de seguridad a expropiarles y decomisarles sus pertenencias, herramientas, utensilios y productos de trabajo; a llenarles la vida de multas; a hundirlos aún más en la pobreza, pues las multas son deudas se contraen con el Estado. Si se no pagan se les embargará hasta lo que no tienen.
En Colombia se ha criminalizado la pobreza, se ha ilegalizado la miseria y el hambre.
📢DENUNCIA:#Urgente
Entre Policía y el ESMAD están desalojando a habitantes de Altos de la Estancia en Ciudad Bolívar, están DESTRUYENDO SUS VIVIENDAS CON RETROEXCAVADORA. Hace unos minutos llegó la Personería para hablar con la comunidad.
Cubrimiento:@Col_Informa pic.twitter.com/AqjjOnQhVf— JUANCA (@JUANCAELBROKY) May 11, 2020