No dejan de sorprender los recientes comentarios del Papa Francisco; una cosa es que como cabeza de la Iglesia Católica ofrezca directrices a sus fieles y otra, muy distinta e indignante, que reúna al cuerpo consular en El Vaticano a solicitar a sus respectivos países legislación a su antojo y según sus creencias.
Muchos estamos hartos de la dualidad de criterio cuando le hace el favor a una pareja LGTBIQ+ de recibir la bendición de Dios, más no en ceremonia oficial, pero insiste en declararlos pecadores!
La maternidad subrogada le ha permitido a infinidad de mujeres cumplir el sueño de ser madres, de igual manera como otras parejas han optado por adoptar aquellos niños rechazados por sus propias madres biológicas y que en muchos casos han nacido a raíz de la prohibición del uso de métodos anticonceptivos prohibidos por la misma iglesia!
La confusión apabullante de aquellos que se permiten ser informantes oficiales de lo que Dios desea lo único que logra es crear más divisiones en el género humano.
Es hora de respetar y comprender las muchas diferencias de creencias, criterios, pensamientos, opciones, gustos, libertades, culturas, etc., y de una vez por todas prender la conciencia y comprender que todos tenemos derechos siempre y cuando se respeten esos mismos derechos de los demás.
¿En qué momento de la historia “amaos los unos a los otros” se convirtió en “divide y conquistarás”?