A sus 86 años el Papa Francisco ha tenido unos últimos meses complicados. Un problema gástrico le ocasionó una delicada intervención quirúrgica y a pesar de su fuerza inquebrantable ya aparecen los achaques típicos de la edad. Por eso es inevitable no pensar en su reemplazo. Este domingo nueve de julio lanzó la lista de 21 sacerdotes que serán promovidos a cardenales el próximo 30 de septiembre. Esta ceremonia donde se entregan las nuevas togas púrpuras se llama Consistorio. Sorprende la juventud de muchos de los que están en la lista incluido un portugués llamado Américo Manuel Alves Aguilar nacido el 12 de diciembre de 1973, tiene 49 años y es uno de los sacerdotes nombrados cardenal más joven en los últimos 200 años. En la lista de posibles papables aparece un cardenal colombiano. Se trata del santandereano Luis José Rueda Aparicio.
La humilde infancia de un cardenal colombiano
Es el décimo de once hijos de un obrero de la construcción y un ama de casa nacido en San Gil Santander en el año 1962. Nada fue fácil para él. Si quería estudiar tenía que trabajar y lo hizo vendiendo el periódico Vanguardia Liberal, saliendo a la calle a vocear los titulares del momento. A los trece años, fiel a la tradición familiar, se ensució las manos de cemento y ayudó a sus hermanos y a su papá a construir casas. Mientras tanto seguía estudiando. Fue bachiller metalúrgico del colegio INEM y, estando allí, logró entrar a la empresa Cementos Hércules como operante en el laboratorio. Sin embargo, esa no era su vocación.
Muchos años después, cuando le contó en el 2012 -pleno año de la pandemia- a su mamá, quien apenas veía y escuchaba, que había sido nombrado por el Papa Benedicto obispo, ceremonia que se realizó en la catedral de su pueblo, San Gil, ella le respondió con su voz quejumbrosa: “¿Usted obispo? Yo creí que los obispos eran todos de familias ricas”. ¿Qué diría su mamá ahora que es Cardenal, la máxima distinción que puede recibir un sacerdote en su camino de ser papa?
Entró al seminario a los 20 años. Sus papás se rompieron el lomo para pagar sus estudios. Los hizo primero en el seminario Arquidioscesano de Bucaramanga. Era un prodigio, por eso, a pesar de su origen, recibió el espaldarazo de sus superiores y a mediados de los años ochenta lo encontramos en Roma adelantando estudios en Roma. Allí se obnubilaba en las tardes que el estudio se lo permitía viendo los reductos de Pedro al formar su iglesia en el Vaticano. Regresó al país para ser, primero, para ser obispo de Barichara, pero nada le queda más incómodo a Rueda que los lujos y los ornamentos.
Rueda conoce la Colombia profunda. Se considera Francisquista, no por el Papa Francisco, a quien ha visto cinco veces en su vida, sino por su gran inspiración, San Francisco de Asís, el santo de los pobres, el santo que también guía al actual papa. Por eso hemos visto el trasegar del nuevo cardenal en lugares tan complicados como Arauca, Cauca, Chocó o Catatumbo, a donde ha estado haciendo labores humanitarias a comienzos de este siglo, cuando el horror paramilitar se extendía como una mancha por todo el país.
En el Cauca, durante los diálogos de paz del gobierno Santos, fue un puente constante para unir al gobierno y las FARC, granjeándose la animadversión del sector más conservador de la iglesia católica.
Admirador de Juan XXIII, el llamado papa bueno, quien realizó las obras más transformadoras de la iglesia, este hijo de obrero acaba de ser nombrado cardenal. Para Rueda es inevitable preguntarse ¿Qué le hubiera dicho su mamá al enterarse de esto?
En Colombia los cardenales con mayor ascendencia han sido Alfonso López Trujillo, cuyo legado ha quedado en entre dicho después de su muerte por la falta de firmeza con la que combatió a Pablo Escobar y, además, ayudó a ocultar información sobre abusadores de menores de edad dentro de la iglesia. El otro cardenal con harta ascendencia con el papa Juan Pablo II fue Darío Castrillón. Ambos cardenales están en las antípodas de Rueda.
A sus 61 años podría tener todas las opciones para ser el primer papa de un país tan martirizado y católico como Colombia.
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