Ahora que se vuelve paisaje el término Comisión de Empalme, que no es otra cosa que el proceso mediante el cual el gobierno saliente le entrega un balance de sus obras y los asuntos pendientes al que se inaugura el próximo domingo siete de agosto, día en que conmemoramos la Batalla de Boyacá; ahora, digo, es bueno darle una mirada local a lo que aconteció en años pasados cuando los alcaldes hacían lo propio con sus predecesores.
El Bagre, como se ha escrito aquí en varias ocasiones, alcanzó su estatus de municipio el 1º de enero de 1980 y desde eso ha visto pasar un buen número de alcaldes, unos nombrados mediante decretos y otros, gracias al Acto Legislativo 01 del 09 de enero de 1986 por elección popular, cuya primera jornada se llevó a cabo el 12 de marzo del año de gracia de 1988.-
La historia reseña que el último de los alcaldes nombrados por decreto en El Bagre fue Luis Manuel Galván Herazo, quien ocupó el cargo desde mediados de 1987 hasta el 31 de mayo de 1988 y luego elegido por el voto popular para el período 2004–2007.- Esas dos experiencias nos las cuenta para saber qué obras pudo materializar en su primera gestión y con cuáles promesas se hizo elegir en la segunda.- Aquí está su reseña.
Según los analistas, aquella era una época de transición, pues ya se sabía que venían los alcaldes populares y estaba en manos del entonces gobernador de Antioquia, Fernando Panesso Serna, designar los alcaldes en aquellos municipios que tenían vacancia y mirar qué partido político había alcanzado la mayoría luego de que el máximo jefe de la colectividad pasara su respectiva terna.-
Las mayorías políticas estaban en manos del liberalismo y su jefe era Bernardo Guerra Serna, el Socio mayor que mandaba la parada en El Bagre.- Luis Manuel era liberal y contó con el apoyo necesario para que lo ternaran y por ahí derecho a que su nombre apareciera en el Decreto oficial.-
Pese a llegar sin compromisos adquiridos en ninguna campaña, pues no la tuvo que hacer, sus obras las resumió en las siguientes: construcción de la Avenida La Juventud –un total de 980 metros lineales en concreto rígido–, Matadero Municipal, Coliseo “William Knigth”, y de paso la gestión para que la entonces empresa EADE, Empresa Antioqueña de Energía, extendiera sus redes desde Caucasia hasta la cabecera a un costo de $340 millones de pesos.
Aquí es bueno hacer una pausa para señalar que en ese tiempo El Bagre tenía el peor de los servicios de energía, que por años prestó a buena parte de la población la empresa minera, porque dependía de un par de plantas Cummins alimentadas con diésel, a cuyo tumtumtum debimos acostumbrarnos en el horario de lunes a viernes de 6 de la tarde a 11 de la noche y los fines de semana de 3 de la tarde a 1 de la mañana. De modo que con la llegada de la energía y con un servicio las 24 horas, El Bagre dio un giro que todos aplaudieron.
Incluso, recuerda el exalcalde Galván Herazo, en un paro armado impulsado en Zaragoza con la quema del legendario hotel Don Gaspar de Rodas de por medio, uno de los puntos era la electrificación de este municipio cuando era alcalde José Domingo Correa, punto que se cumplió gracias a la subestación de El Bagre.
También hizo las gestiones para la construcción de la primera etapa del hospital Nuestra Señora del Carmen; la instalación de una antena repetidora de televisión para ampliar la oferta de canales y el comienzo de las obras del acueducto a través de la empresa Acuantioquia. Hasta aquí alguno de los logros alcanzados en aquel primer paso por la Alcaldía.
Con la idea en la cabeza de que los habitantes de El Bagre se merecían un servicio de agua potable las 24 horas continuas, adelantó su campaña para las elecciones del 2004 que tenía la ventaja de que los alcaldes elegidos lo serían para un período de 4 años porque se comenzó con 2 años, luego 3, hasta que se aprobaron los 4 años.
Al lograr su cometido se dio a la tarea de aterrizar la propuesta, entre otras que desarrolló en su mandato, y logró que el Gobierno Nacional le aprobara un crédito no reembolsable por la suma de $ 30 mil millones de pesos para la construcción de un moderno acueducto, luego de haber invertido $680 millones de pesos en los respectivos estudios y diseños de la obra, cuando era gobernador Aníbal Gaviria Correa, quien además sería el artífice de otras iniciativas para la cabecera municipal.
Ya aprobada la cuantiosa suma de dinero, adelantó la gestión ante el Instituto para el Desarrollo de Antioquia para acceder a un crédito por $7 mil millones de pesos como aportes de la municipalidad en aquel propósito, pero el tiempo no le alcanzó para materializar ese proyecto.-
Fue cuando en el llamado empalme con la nueva administración, la del señor Gumercindo Flórez Mendoza, le hizo saber de los dineros que El Bagre tenía en el ministerio para sacar adelante un verdadero acueducto y un alcantarillado.
Lo que pasó en adelante no se lo explica porque el sucesor no hizo ni lo uno ni lo otro, razón por la cual el ministerio respectivo en vista de que no utilizaban el crédito, hizo un desembolso por valor de $6.500 millones de pesos que el alcalde en mención invirtió en la construcción del tanque de almacenamiento, que de lejos tiene la figura de un Ovni, el cual fue levantado por la empresa Aguas del Bajo Cauca que gerenciaba Arturo Murillo.
“Según los documentos, El Bagre tendría un acueducto con proyección a los 30 años a partir de su puesta en servicio, pero de manera inexplicable los estudios fueron a dar a los anaqueles del olvido”, dice hoy el ex alcalde Luis Manuel Galván Herazo al agregar que eso fue su más dura frustración que hasta la fecha lamenta la misma comunidad.
En materia de vivienda, su aporte a la comunidad fue hacer viable un total de 5 proyectos con el apoyo de la empresa VIVA de la Gobernación de Antioquia, la legalización y entrega de escrituras a más de 1.500 nuevos propietarios, tanto en la cabecera como en la ruralidad.- De allí quedaron las viviendas en Los Almendros, el Sagrado Corazón, 20 de julio y Nueva Esperanza.
Destaca que la educación fue favorecida en su período con la puesta en marcha de una serie de iniciativas enmarcadas en la Ley 21 de donde surgieron las obras de las Instituciones 20 de julio, Bijao, Las Delicias y La Esmeralda, todas ellas en funcionamiento y que en ese entonces le permitió ganarse la Mención de Honor en Antioquia al Alcalde que más infraestructura educativa ejecutó en su vigencia.
La historia del puente La Libertad también hace parte de su carpeta de las obras ejecutadas, no obstante no haber hecho parte de sus propuestas de campaña porque se trata de proyectos que aparecen de pronto y depende de las luces que tenga el funcionario para atraparla en beneficio de su comunidad.
Esa obra nació, según lo recuerda, luego de una reunión conjunta que el gobernador Gaviria Correa hizo con los alcaldes y concejales de Zaragoza y de El Bagre con el fin de unificar una obra para ambas cabeceras.
Los de Zaragoza, en la voz de su titular, la alcaldesa Ana Beatriz Monroy, una de las 8 que en ese entonces eligió Antioquia, optaron por solicitar la pavimentación de el tramo Zaragoza –El Bagre por el río Tigüí–.
Cuando les llegó el turno a los de El Bagre, su alcalde Galván Herazo tomó la palabra para pedir la construcción de un puente en la cabecera ya que la misma estaba a merced de los caprichos horarios de un ferry y de las calamidades del clima que dejaban buena parte del año aislada a sus habitantes.
Dice que el mandatario tomó atenta nota, llamó a uno de sus funcionarios y en menos de lo que canta un gallo –y como se avanzaban las obras de la Troncal de la Paz– no le vio problema alguno en incluir el puente que tuvo un costo de unos $17 mil millones de pesos. Lo que no anticipó en su momento el señor Gaviria Correa era que esa obra sería su tormento años después.
Todavía recuerda que de aquella reunión salieron más que alegres y dispuestos a celebrar, como en efecto lo hicieron en algún establecimiento en Medellín al lado de los concejales William Ortega, Iván Rivas y Narciso Castro, entre otros.
“De lejos la obra del puente ha sido la más importante en la historia de El Bagre”, sostiene el ex alcalde quien agrega que fue en la inauguración de la I.E. 20 de julio cuando el propio Gaviria Correa le preguntó a la concurrencia por el nombre del nuevo puente y la respuesta fue unánime al señalar el del gobernador asesinado. Era jueves, 27 de diciembre del 2007 cuando ambos mandatarios se encontraban a horas de entregar sus respectivos mandatos.
Hoy el puente La Libertad “Guillermo Gaviria Correa” está a la espera de una verdadera reivindicación una vez concluyan las obras de pavimentación del tramo Escarralao –Buenos Aires que ejecuta Mineros Aluvial S.A.S. mediante el proceso Obras por Impuestos y no gracias a otros mecanismos que de vez en cuando sacan en sus páginas algunos desocupados–.
¿Y qué se hizo el matadero municipal? le pregunto al ex alcalde antes de despedirnos y me dice que fue demolido para darle paso al puente en una de sus dos cabeceras y precisa que tanto el estudio, los diseños y los dineros para su construcción fueron dejados listos para ser ejecutados en la administración del gobernador Luis Alfredo Ramos Botero, quien apenas hizo el oficio de cortar la cinta y salir en la foto con Gumercindo Flórez Mendoza en aquella inauguración del sábado 10 de octubre de 2010.
Todavía no sale del asombro de la posición que tomó su sucesor de embolatar el proyecto del acueducto y el alcantarillado, que sin duda le hubiera marcado la verdadera carta de navegación a esta cabecera que hoy está al garete, con una serie de obras hechas a medias, como “sapotiadas” y dejadas a que el aguacero de turno inunde sus calles, pero eso es otro cuento.