Ya vivimos la novela de la estatua de Diomedes Díaz, que hasta tuvo que ser escoltada por policías porque los montañeros iban a tomarse fotos - la mayoría burlonas - obscenas. Fue un drama nacional.
Pues ahora quieren ponerle al lado una estatua de Martín Elías, su hijo. La idea es conmemorar su muerte. Válida la intención, pero no con este adefesio.
Con orgullo el alcalde de Valledupar Augusto Ramírez informa que la pondrán en el Parque de la Leyenda Vallenata. Esto queda en la entrada de un balnerio - qué corronchería - pero lo inaudito es que este señor se enorgullezca de semejante estatua.
La de Diomedes - fea de por sí - parece un Goya al lado de esta: es en cobre pero es rosada a la vez. Qué verguenza de sentido estético.
No se mercen quedar inmortalizados así.