Empecemos por el principio: James Rodríguez no es cucuteño. Qué pena con los toches pero el crack nació en ese lugar solo porque su papá jugó la temporada 1992 con el Cúcuta Deportivo. Solo vivió sus primeros seis meses allí, hasta que su papá James fue contratado por el Tolima. Luego sí en Ibagué el muchacho dio los primeros pasos, le pegó por primera vez a la pelota y hasta se enamoró. James es ibaguereño así nos duela.
Sumida en la más profunda de las crisis, sin empleo, con la frontera cerrada y el comercio muerto, al cada vez más absurdo alcalde César Rojas, un peón del asesino Ramiro Suarez, le dio por hacer construcciones cada vez más horrorosas. La primera fue la de Jesús Nazareno, hecho por ahí en una loma pelada, sin seguridad, expuesta a los ladrones. La obra además de horrible, debió costar cientos de millones de pesos. Sin contar con que está lejos de ser si quiera imponente como es el adefesio ese que hicieron en Bucaramanga los Aguilar y a la que bautizaron como el Santísimo y que ha captado a más de un católico incauto en Bogotá. Señores, desde el interior nadie se va a venir hasta Cúcuta a ver ese montón de hierro retorcido. Nadie. Ni bobos que fueran.
En esa carrera por convertir a Cúcuta en un lugar turístico, la alcaldía, al parecer, quiere gastarse un platal para hacer una estatua a James Rodríguez. El Secretario de Hacienda Telésforo Blanco publicó la foto en su cuenta de Facebook. A Juzgar por la primera imagen la estatua será una especie de coloso de Rodas traquetoide de cinco metros de altura y dentro de un centro comercial. Los cucuteños, quienes en su mayoría tienen un pésimo gusto, nada más miren como operan a sus mujeres desnaturalizándolas, deben estar felices y deben creer que así es que llega el progreso, a punta de estatuas horribles, grandilocuentes, no pensando en una política incluyente, en generar mejores empleos en evitar que se aguante tanta hambre como pasa en la periferia cucuteña, porque haya tanto robo, tanta muerte.
César Rojas, a pesar de todo esto, es el alcalde con la tercera mejor imagen del país. Es un alcalde a la altura de los cucuteños.