La histórica votación por Gustavo Petro en la Consulta de la inclusión social para la paz, que lo confirmó como candidato presidencial de la izquierda, y el retorno de la Unión Patriótica al Congreso de la República, luego de haber sido sacada de él por la violencia paramilitar con la connivencia del Estado colombiano, constituyeron dos de los hechos destacados de la jornada electoral del domingo 11 de marzo.
Contabilizado el 98,60% de las mesas de votación en todo el país, la Lista de la Decencia (UP, Mais, ASI, Colombia Humana) alcanzó cuatro senadores, con 522.448 votos.
Esos senadores son: Gustavo Bolívar, con 116.306 votos; Aída Avella, presidenta de la Unión Patriótica, con 57.097; Jonatan Tamayo, con 14.876, y Gloria Inés Flórez, con 13.549.
Un gran logro, si se tiene en cuenta que esta lista, que respaldó a Gustavo Petro en la consulta, no tuvo maquinaria electoral, ni burocracia, ni empresarios que la sostuvieran, como sí ocurrió con la mayoría de los partidos que alcanzaron curules en el Senado.
Aída Avella, mujer perseguida por la oligarquía colombiana, que sobrevivió a un atentado terrorista de la extrema derecha en la década de los años ochenta, será una voz de la izquierda muy importante en el Congreso que iniciará sesiones el 20 de julio de 2018 para la defensa e implementación de los acuerdos de paz y la lucha por reformas sociales, al lado de sus tres compañeros de bancada, de los diez senadores del Partido Verde, de los cinco del Polo y de los cinco de las Farc, éstos últimos pactados en el acuerdo final de paz.
Recordemos que la Unión Patriótica llegó a tener en el Congreso de la República una bancada muy destacada en los años ochenta, pero fue diezmada por el paramilitarismo y la violencia estatal, hasta casi exterminarla, sometida al asesinato de sus líderes y parlamentarios, a las masacres contra sus colectivos y a la persecución cotidiana. Dos de sus candidatos presidenciales, Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa, fueron asesinados.
La votación histórica de Petro
El éxito de la Lista de la Decencia complementó la extraordinaria votación de Gustavo Petro en la Consulta de la inclusión social para la paz, que superó la más alta votación lograda por la izquierda colombiana en la historia, en cabeza de Carlos Gaviria Díaz, candidato presidencial del Polo Democrático en 2006 (en ese momento integrado por numerosas fuerzas unidas), quien logró 2.613.157 votos.
Ayer, Petro alcanzó 2.848.796 votos, a pesar de las enormes fallas de la Registraduría Nacional del Estado Civil, de la escasez de tarjetones que afectaron su campaña, del carácter antidemocrático del sistema electoral colombiano y de no haber contado con financiación, pues los bancos le cerraron las puertas, y solo uno accedió a otorgarle un préstamo faltando dos días para los comicios.
Además, Petro debió enfrentar la guerra sucia de la mayoría de los medios de comunicación de la clase dirigente, que lo persiguieron y generaron una campaña hostil en su contra.
Sumados sus votos a los 514.802 de Carlos Caicedo, el otro participante en la Consulta de la inclusión social para la paz, el total de votos válidos por la izquierda fue de 3.363.598, un punto de partida determinante en la nueva contienda electoral por la Presidencia de la República.
Los 4.032.725 votos de Iván Duque, sumados a los 1.537.035 de Marta Lucía Ramírez y 383.334 de Alejandro Ordóñez en la consulta del uribismo, configuran casi seis millones de votos con los que ahora la extrema derecha retrógrada y retardataria, como la denominara Gustavo Petro en la noche del domingo, se siente retadora y anuncia una ofensiva para ganar la presidencia en primera vuelta.
Sin duda se ha producido una reconfiguración del mapa político camino a los comicios presidenciales, que sin embargo no hace prever el desmonte de candidaturas como las de Germán Vargas Lleras, en el campo de la derecha, ni la de Sergio Fajardo, de la llamada Coalición Colombia, como tampoco la del liberal Humberto de la Calle.
Surge de nuevo la pregunta: ¿qué hacer para evitar un nuevo triunfo del establecimiento oligárquico y el retorno del bloque más retardatario de la clase dirigente colombiana a la presidencia, liderado por Álvaro Uribe a través de su títere Iván Duque, ahora con Marta Lucía Ramírez como candidata vicepresidencial?
El domingo, luego de las elecciones, Gustavo Petro hizo un nuevo llamado a Fajardo y a De la Calle a la unidad. ¿Habrá respuestas bien pensadas?