En Manizales se respira miedo. No pueden entender como en uno de los lugares más tranquilos de sus alrededores, la quebrada Llano Grande que colinda con el municipio de Neira. Pero ahora es uno de los lugares malditos del departamento, después de que el miércoles 21 de agosto un grupo de asesinos pusiera de rodillos a media docena de personas que acampaban a la orilla de la quebrada y luego les disparan en la cabeza.
Los asesinos cometieron un error garrafal: dejaron vivos a cuatro testigos. A uno de ellos fue un hombre quien le dispararon en la cabeza pero la bala apenas rozó su cuero cabelludo. Otras tres mujeres, que tenían carpas alejadas unos metros, salieron corriendo. Ellos están contando lo que vieron. Los asesinos llegaron preguntando por Laura Vanessa Ramírez León.
Hasta esa madrugada del miércoles Laura Vanessa era solo una estudiante de la Universidad de Caldas de tercer semestre de Ciencias Sociales de 23 años. Lo mejor que le había pasado en la vida le ocurrió a un par de kilómetros de la vereda La Isla donde la asesinaron de ocho machetazos. En el 2014 realizó en La Hacienda Potrerillo una crónica sobre las condiciones en las que cientos de personas viven en esa invasión ubicada a media hora de Manizales. En ese relato revela una innata capacidad de observación y un talento indiscutible para narrar. Confiada mandó el texto al concurso Mejores Crónicas Prensa Escuela y quedó entre las cuatro mejores. El premio que ganó fue un viaje a Bogotá. Allí hizo contacto con el escritor José Navia que era uno de los jurados.
En las declaraciones que le dio al diario La Patria la joven dijo sobre su crónica: "Escogí el tema porque me impactó. Después de estar allá me di cuenta de que uno es muy desagradecido, de que nos quejamos mucho y de que se deben conocer otras realidades para aprender a valorar lo que se tiene"
Pero no sólo para escribir tenía talento. Laura Vanessa pertenecía a la selección departamental de Ultimate. Vivía trabajando para pagarse el gusto de practicar este deporte pero su sueño era alguna vez ser profesional y vivir de su pasión. Laura pertenecía a una familia tan pobre que hasta el jueves 22 de agosto no tenía como darle cristiana sepultura.
La sevicia con la que fue asesinada, siete machetazos y un disparo en la cabeza, es un misterio para las autoridades, ¿quién la odiaba tanto?.
*Información tomada de La Patria de Manizales
