En Colombia hay un sin fin de atractivos turísticos que no sólo abarcan la historia del país, sino que además relatan el progreso y el cambio que han sufrido los territorios. Una de las minas de sal más populares en el país es la de Zipaquirá, es reconocida por su imponente arquitectura y su juego de luces, aunque a poco menos de 19 kilómetros y cuarenta minutos de distancia se encuentra la mina de sal de Nemocón, la que fue la primera en ser explotada subterráneamente y aún conserva su arquitectura rustica.
Es uno de los mayores atractivos del municipio ubicado al norte de Bogotá, en la provincia de Sabana Centro. La mina de sal de Nemocón se encuentra a 80 metros bajo tierra, donde los turistas pueden recorrer 1.600 metros de túneles por los que entre 1816 y 1968 se extrajeron ocho millones de toneladas de sal aproximadamente.
La Mina de Sal de Nemocón: Historia y atractivo turístico
La mina de sal de Nemocón es un tesoro escondido que cuenta con una rica historia y ha emergido como un atractivo turístico significativo en la región. Desde sus orígenes en el siglo XIX hasta su transformación en un destino para visitantes, la mina ha sido testigo de la evolución de la explotación de sal en Colombia y de la vida de sus habitantes.
En 1801, llegó a Colombia Alexander von Humboldt, un naturalista y explorador alemán con el objetivo de estudiar y observar la geografía, la flora, la fauna y las riquezas naturales del país. Durante su visita a Santafe, hoy Bogotá, realizó varias excursiones de reconocimiento a lugares emblemáticos como los montes de Monserrate y Guadalupe, el salto de Tequendama, Soacha, la laguna de Guatavita y los yacimientos de sal, actualmente los municipios de Nemocón y Zipaquirá.
En Nemocón la sal era extraída por un sistema de compactación de panes de sal en vasijas de barro y con un aprovechamiento de los manantiales de agua salada que brotaban al exterior de la mina. Fue Alexander el que introdujo una nueva manera de explotar las salinas mucho más eficaz, el sabio sugirió abandonar el sistema tradicional de cielo abierto e iniciar una explotación bajo tierra en busca de una sal más pura, esto dio como resultado que la Mina de Sal de Nemocón fuera la primer mina explotada por sistema de cámaras subterráneas en Colombia.
Las instalaciones externas de la Mina de sal que se encuentran en la actualidad, fueron recuperadas
como parte del proyecto museo mineralógico del municipio de Nemocón en el año 2005.
El domo salino se encuentra en una extensa área arqueológica protegida ya que según estudios hechos por la Doctora Ana María Groot, profesora de antropología de la universidad Nacional se han encontrado vestigios arqueológicos que pertenecen al periodo de ocupación como el Herrera y el muisca los cuales han servido para el estudio y conocimiento de procesos socioculturales que allí sucedieron, así como los intercambios culturales en los cuales la sal jugó un papel bastante determinante.
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Para ingresar a la mina, el recorrido inicia a través de un túnel de concreto inicial de una distancia de 9 metros de largo, seguidamente se desciende por un trayecto de dos tramos de escaleras el primero de 34 peldaños y la segunda de 27 peldaños con para luego tomar una rampa de 57 metros de distancia, para encontrarse finalmente a 80 metros respecto al pico de la montaña.
Uno de los atractivos más llamativos y reconocidos al interior de la mina es la capilla subterránea la cual fue inaugurada el 14 de diciembre de 1968 por el padre José del Carmen López donde se puede observar la imagen de la virgen del Carmen levitando sobre el mundo diseño del arquitecto Bogotano Roswell Garavito y la talla de la roca de sal con un peso estimado de 1300 kilogramos fue por parte del señor David Rincón.
Una de las postales más reconocidas de la mina de sal de Nemocón es el cristal de sal más grande del mundo tallado en forma de corazón, el cual en su momento ocupo la capilla dispuesta inicialmente para la actividad religiosa y social de los mineros. El lema de la Mina es "El corazón de Nemocón vuelve a palpitar desde las entrañas de la tierra para el mundo".
Este lugar encanta con su juego de luces que reflejan en los espejos de agua salada, además de las paredes que brillan a causa de la sal. La tranquilidad de la mina envuelta con la rustica apariencia lo hacen un destino único.
Nemocón tiene la medida exacta de cultura, historia, naturaleza, aventura, precios bajos, gente amable y acogedora, que lo hacen el destino ideal para una escapada de fin de semana.
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