Uno de los lugares turísticos más reconocidos de la Sabana de Bogotá es Guatavita, este pueblo emblemático que muchos visitan para poder ir a conocer lugares como la Laguna de Guatavita o el embalse de Tominé, además de poder disfrutar de una gran oferta de actividades. Este municipio colombiano del departamento de Cundinamarca, ubicado en la Provincia del Guavio se caracteriza por tener una población moderna de aspecto colonial y esconder una historia sin igual.
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Guatavita: Un Pueblo Sumergido por el Progreso
Guatavita, un nombre que evoca historia y tradición en Colombia, guarda en su pasado un capítulo único. El pueblo original, con su arquitectura colonial, fue deliberadamente inundado para dar paso al embalse de Tominé en los años 60. Esta decisión, si bien controversial, respondía a la necesidad de Bogotá de controlar el caudal del río Bogotá.
En su época Guatavita fue la capital religiosa de los Muiscas, en cuya laguna sagrada, templo máximo de veneración a Chie (el agua), celebraban la más pomposa de sus ceremonias que dio origen a la leyenda del Dorado. Guatavita en lengua chibcha quiere decir fin de la labranza o punto de la sierra.
Guatavita la vieja y Guatavita la nueva; El pueblo viejo sería cubierto por el embalse de Tominé
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En el año de 1593, el fundador del pueblo Miguel Ibarra, les adjudicó las tierras a los indígenas de la región.
El antiguo pueblo de Guatavita perduró hasta la fecha del 15 de septiembre de 1967 cuando se inundó la cabecera para la regulación de volúmenes de agua del río Bogotá, el control de inundaciones sobre la sabana, entre otros. La construcción de la presa se inició en el año 1959 y concluyó en 1962, año en que se inició el llenado y operación por parte de la Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá.
El primitivo pueblo de Guatavita tenía asiento al pie del cerro de Montesillo, a cuyo alrededor estaban las capitanías de Chaleche, Tuneche y Tuminé; la principal industria era la orfebrería, sobresalieron como los mejores y los hábiles pues “Sabían fundir el oro y amoldarlo”.
El antiguo Pueblo de Guatavita, poco antes de ser inundado para crear el Embalse del Tominé... año 1967. pic.twitter.com/rNGiZJU9Jp
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La construcción de la nueva cabecera municipal se inició el 14 de noviembre de 1964, y en el mes de agosto de 1967 se comenzó el traslado de la población al lugar de su actual ubicación, donde se construyó una población moderna de aspecto colonial. Actualmente el pueblo consta de plazas, almacenes, edificio de gobernación, entre otras construcciones de tipo cívico.
El lago que se hizo en el valle del Tominé o Guatavita abarca los municipios de Guasca y Sesquilé y tiene una longitud de 18 km por 4 km de ancho y 38 metros de profundidad, con capacidad para 630 millones de metros cúbicos de agua. El embalse de Tominé cumplía una triple función:
- Control de inundaciones: Regulaba el volumen de agua del río Bogotá evitando las inundaciones en la sabana.
- Generación hidroeléctrica: Alimentaba la represa de Salto del Tequendama para la producción de energía. Pero este uso original ya no lo tiene, ya no cuenta con las turbinas generadoras y cumple funciones diferentes.
- Abastecimiento de agua: Suministraba agua potable a la planta de Tibitó para el acueducto de Bogotá.
El embalse de Tominé es sede de varios torneos de deportes náuticos, allí se puede disfrutar del velero, esquí y paseos alrededor del embalse, donde el visitante encontrará restaurantes y marina deportiva, además de su tranquilidad y belleza.
Las ruinas de la cabecera anterior se encuentran actualmente en el sur del fondo del Embalse del Tominé. El Guatavita sumergido se erige hoy como un símbolo del desarrollo y sus implicaciones.